Amnistía Internacional afirma que "ningún derecho de la persona está ya a salvo"
La Vanguardia, , 24-05-2007El informe anual de Amnistía Internacional sobre los derechos humanos constata un fuerte retroceso y erosión a causa del miedo creado deliberadamente por los gobiernos más poderosos. Para AI, la situación actual está llevando al mundo, “cada vez más polarizado y peligroso”, a los peores tiempos de la guerra fría.
XAVIER VENTURA – BARCELONA
- Un mundo más inseguro y mucho menos ético. El informe anual que Amnistía Internacional (AI) presentó ayer sobre los derechos humanos es demoledor al respecto. Más allá de las frías cifras y datos objetivos, que a veces por reiterativos pierden ya la capacidad de impactar, la idea que se desprende del informe es que los gobiernos de los países más poderosos y los grupos armados están “fomentando deliberadamente” el miedo para erosionar los derechos humanos y crear un mundo cada vez más polarizado y peligroso.
“Ningún derecho fundamental de la persona es ya intocable, nadie está ya a salvo”, sentenció Irene Khan, responsable de Amnistía Internacional (AI), en el acto de Londres. Afirmaciones de contundencia idéntica se oyeron en todas las demás ciudades (Barcelona, Madrid, París…) donde se hizo público el informe – 320 páginas en inglés, 478 en castellano- que repasa la delicada, difícil y a la baja, situación de los derechos humanos el pasado año en 153 países del mundo.
La llamada guerra global al terrorismo – basada en “miedos legítimos y muchas veces reales” por parte de los gobiernos- alimenta el racismo y la xenofobia, socava el Estado de derecho, ha acrecentado la brecha entre musulmanes y no musulmanes y está llevando al mundo a un retroceso que le equipara con los peores tiempos de la guerra fría, concluye el informe.
La manipulación del miedo tiene un punto de partida y un responsable principal: el 11-S y Estados Unidos.
Cinco años después de los atentados se constata que el país más potente del mundo trata al resto como si fuera “un campo de batalla gigante de su guerra contra el terror”, vulnerando derechos fundamentales mediante detenciones, secuestros, traslados, retenciones, torturas. A ello le ayuda “la paralización de organismos internacionales”, como pone en evidencia la casi vergonzosa inhibición de las Naciones Unidas en el genocidio de Darfur (200.000 muertos, dos millones de desplazados), una de las mayores crisis humanas de la historia, o su tardanza en intervenir en el conflicto de Líbano que costó la vida a 1.200 personas, la mayoría civiles.
El informe 2007 de AI se centra en cinco áreas específicas de trabajo: violencia contra la mujer, comercio de armas, pena de muerte, tortura y terror, y justicia internacional. Algunos de los datos son dolor y vergüenza envueltos en números. Una de cada tres mujeres en el mundo sufre abusos de su pareja; dos millones de personas, en su mayoría mujeres y niñas, son utilizados en el comercio sexual; el 70% de las víctimas de conflictos son civiles; cada año se gastan en el mundo 22.000 millones de dólares en armas (cantidad que permitiría escolarizar a toda la población infantil y reducir su mortalidad en dos terceras partes en el año 2015); 1.591 personas fueron ejecutadas en el 2006; 20.000 están pendientes de ejecución; cada año se fabrican en el mundo el doble de balas que población mundial existe; 1.245 vuelos ilegales…
Datos que Amnistía Internacional refleja en su desigual lucha de denuncia por hacer del mundo un lugar mejor mejor y más seguro. Objetivo para el que busca cualquier puntos positivo – en el informe resalta las escasas “señales esperanzadoras” de acciones de la ONU o de algunos países-, aunque la política de terror de los gobiernos y la impotencia de la comunidad internacional sigue tiñendo de negro el futuro.
(Puede haber caducado)