CANNES. El cine social se impuso ayer en el Festival de Cannes con la coproducción germano turca Auf der anderen seite (que los franceses han traducido como Del otro lado) y con una película de animación francesa que firma una brillante dibujante iraní, Persépolis. La película alemana está dirigida por el joven (33 años) actor, director, guionista y músico alemán, hijo de emigrantes turcos, Fatih Akin. Se trata de una historia dividida en tres capítulos, con personajes interrelacionados sin ellos saberlo, que no se encuentran en ningún momento, que se desarrolla entre Hamburgo y Estambul.

La película, muy aplaudida, es un drama social que habla de las señas de identidad de las personas, de la multiculturalidad, del choque entre tradición y modernidad pero sobre todo del amor, amor entre padres e hijos, entre amigas o entre desconocidos. «¿Qué une a oriente y a occidente? el amor», dijo Fatih Akin, que hace aquí la segunda entrega de lo que espera que sea una trilogía sobre el amor en un sentido muy amplio, y sobre el paralelismo entre la vida de las personas en Alemania y Turquía. «Soy alemán y he crecido en Europa, pero mis padres me han inculcado una cultura turca, lo que hace que no me considere de ningún sitio. Esto me permite tener una mirada diferente, muy personal, sobre las identidades y las diferentes culturas», aseguró el director.

También sobre el choque cultural trata Persépolis, una película de dibujos animados basada en los cómics de igual título de Marjane Satrapi, una joven iraní de 37 años que emigró primero a Viena y después a París, con la llegada de los ayatolás a su país. Es una película rodada en gran parte en blanco y negro, en la que el humor de esta niña y joven inconformista y rebelde no impide poner el dedo en la llaga en las cuestiones más sangrantes del régimen iraní. La versión francesa de la película cuenta con las voces de Catherine Deneuve o Chiara Mastroianni, que han querido contribuir así a denunciar la situación de la mujer en aquel país árabe. Es una película valiente, con unos dibujos simples pero efectivos, con más de 600 personajes diferentes, que su directora define como «universal. Hay Persépolis en muchos lugares del mundo y los álbumes de cómic con el personaje han funcionado muy bien en todos los países».

La tercera película en competición, El hombre de Londres es una producción húngara dirigida por Béla Tarr que adapta la novela homónima de George Simenon. Rodada en blanco y negro a base de interminables planos secuencias en localizaciones de Córcega, muestra como a la llegada de un barco a un puerto francés, un hombre que venía de Londres es asesinado, dejando una maleta llena de dinero, que será objeto de disputa. Entre los actores destaca la presencia de la escocesa Tilda Swinton (fatalmente doblada). La película es una más de las que en este festival sobrepasan las dos horas de duración, y provocó el abandono continuo de espectadores conforme los interminables planos se recreaban en los muelles, en las calles del pueblo o en los salones del hotel sin que acabase de suceder nada. En el pase de prensa los supervivientes acogieron el final con total indiferencia. COLPISA