EL FUTURO DE EUROPA / El nuevo presidente francés expone su crítica a la candidatura de Turquía, la gestión en la «zona euro» y la Ronda de Doha, pero propone aparcar las polémicas hasta después de la firma del Tratado

Sarkozy promete «desbloquear» la UE con el fin de aprobar un «Tratado simplificado»

El Mundo, MARIA RAMIREZ. Corresponsal, 24-05-2007

Pone a España y la inmigración como ejemplo de política común donde debe suprimirse el veto Hace ahora dos años, con su non en referéndum a la Constitución Europea, Francia hundió a la UE en la depresión. Ayer, el nuevo presidente de la República francesa llegó a Bruselas con la promesa de animarla con un «Tratado simplificado», la nueva expresión de moda para un texto más corto con la esencia de las reformas.


Rodeado de cámaras e incluso aplausos, Nicolas Sarkozy aseguró que los franceses le han dado con su voto un «margen de maniobra» para que negocie el texto y contribuya a «desbloquear» la UE. El presidente confesó que ha preferido cambiar la expresión «mini Tratado» por la de «Tratado simplificado», porque el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, le comentó que su expresión denotaba menos ambición y no era buena para «la publicidad».


El Tratado debería contener los cambios institucionales básicos y eliminar el voto por unanimidad en algunas áreas, como inmigración. Sarkozy puso a los inmigrantes que llegan a España y se mueven por toda la UE como ejemplo de por qué se necesita una política común que avance más deprisa.


Aunque si los Veintisiete llegan a un acuerdo en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del 21 de junio, la salvadora de Europa será la canciller Angela Merkel, Sarko quiere asegurarse su puesto de honor en la foto de la concordia. Aunque ayer no se calló su clara oposición a la entrada de Turquía en la UE o sus críticas a la política monetaria, prometió dejar todas sus demandas para más adelante. «La prioridad es el Tratado», repitió.


En la reunión de sherpas (enviados gubernamentales) en Berlín la semana pasada, aún a falta de Gobierno, el representante francés sólo pudo decir a sus colegas que su país buscaba un «Tratado simplificado y diferente». Francia está ahora a medio camino entre los ayatolás – los más europeístas, como España, Italia, Bélgica o Alemania, que quieren mantener el nuevo Tratado lo más cerca posible de la Constitución – y los problemáticos, como británicos, polacos y holandeses, que piden un texto mínimo que incluso recorte las competencias comunitarias. Sarkozy acepta el ministro de Exteriores, el presidente de la UE o el recorte del número de comisarios, pero también defiende conservar el voto por unanimidad en algunas áreas, suprimir la Carta de Derechos Fundamentales y reducir al máximo el texto.


Con un discurso parecido al de su campaña, Sarkozy anuncia también batallas y conflictos futuros. A tres semanas de sus elecciones parlamentarias, el francés reiteró que «Turquía no tiene un lugar en la UE», criticó la gestión de la zona euro por la preocupación excesiva por las políticas monetarias y prometió defender los subsidios agrícolas en las negociaciones de apertura del comercio internacional. Todo, eso sí, después de la Cumbre de junio, ya que sería «contraproducente» complicar ahora el debate.


Quien no tiene intención de facilitar las charlas es el otro país rebelde, Holanda, que en junio de 2005 también rechazó la Constitución. Su primer ministro, Jan – Peter Balkenende, pidió ayer en el Parlamento Europeo en Estrasburgo casi una marcha atrás en la integración política, con más competencias para su Estado y su parlamento. Según Balkenende, el rechazo de sus ciudadanos a la Constitución se debió a que no han «digerido» la ampliación hacia el este y temen la Unión como un «súper Estado» identificado con la Constitución. En la sesión, muy dura, los eurodiputados reprocharon a Balkenende su «nacionalismo», escasa ambición e incluso sus «mentiras».


Bruselas aplaude a un esperado ‘Sarko’


M. R.


BRUSELAS. – Los veteranos de Bruselas no recuerdan haber visto nunca la enorme sala de prensa del Berlaymont, la sede de la Comisión Europea, tan llena como ayer. Los reporteros, cámaras, fotógrafos y fans de Sarko ocupaban hasta el último asiento. Tanto que el presidente de la República francesa bromeó, irónico, con Barroso: «Cuántos periodistas… ¿Siempre vienen tantos para ti?». El presidente de la Comisión sólo sonreía, tal vez recordando que él suele tener mucho menos éxito en sus ruedas de prensa.


El nuevo presidente francés, recibido y despedido con aplausos era, después de todo, el personaje más esperado desde hace casi dos años. La consigna más repetida en Bruselas era esperar a las elecciones galas. Consciente de la expectación, Sarko apareció relajado, bromeó con los periodistas e incluso hizo una pequeña presentación de sus acompañantes, Bernard Kouchner, su ministro de Exteriores, y su secretario de Estado para Asuntos Europeos, Jean – Pierre Jouyet, los dos de la izquierda europeísta.


LAS CLAVES DE SU POLITICA EN LA UE


Reforma institucional: «El Tratado simplificado es la única salida posible. La solución no puede ser la Constitución».


Oposición a la entrada de los turcos: «Creo que Turquía no tiene un lugar en la Unión Europea».


Defensa de las ayudas agrícolas: «Mejor tener un acuerdo que no tenerlo. No voy a vender la agricultura francesa, la europea, al precio más bajo posible».


Apoyo a la sede de Estrasburgo: «No sé por qué lo único negociable es Estrasburgo… ¿Y Bruselas?»

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