Le tocó el turno a la inmigración. Harto de que le cuelguen las etiquetas de racista y xenófobo, Alberto Fernández, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, habló alto y claro. “Defiendo una inmigración legal y ordenada, de acuerdo con nuestra capacidad de acogida, que entre por la puerta y no por la ventana; integrada en la sociedad que la acoge y respetuosa con nuestras costumbres”.

Yfue más allá apostando por promover “la inmigración hispana por encima de la de otros lugares”. En su opinión, “los inmigrantes de habla hispana tienen más facilidad para integrarse en nuestra sociedad porque tienen unos valores sociales, culturales y religiosos más parecidos a los nuestros”. Criticó, además, el volumen de recursos que se destinan a impartir cursos de catalán para inmigrantes ya que “lo primero es garantizar el respeto a nuestros valores y costumbres”. En este sentido, defendió que “la lengua es un factor de integración pero hay otro factor mucho más importante que la lengua: respetar las costumbres y valores de nuestra convivencia. Es más importante que haya un musulmán que respete nuestras costumbres, empezando por la no discriminación de la mujer, que aprender una u otra lengua”.

Otro de los temas de los que habló sin complejos fue el colapso de la sanidad y de los servicios sociales, que atribuyó a la inmigración. “En Barcelona, en los últimos dos años, se han entregado más de 100.000 tarjetas sanitarias a inmigrantes – prosiguió- y en cambio no ha habido un refuerzo de la sanidad en la ciudad, lo que ha perjudicado la asistencia sanitaria”.

En un acto de campaña en el barrio del Poble Sec, destacó cuáles serán sus prioridades en materia de inmigración si alcanza la alcaldía. En este caso aseguró que pondrá difícil la implantación de mezquitas. Tres serán sus requisitos: “que se haga en un solar, saber quién hay detrás de ellas, si lo financian determinados países árabes con una interpretación del Islam absolutamente radical y contradictoria con nuestras costumbres y valores, y conocer qué tipo de enseñanzas se harán”.

Por la tarde, en un acto con gente mayor en el distrito de Sant Martí prometió atención domiciliaria para todas las personas mayores de 65 años, doblar las ayudas para instalar ascensores y crear 4.500 nuevas plazas de residencias públicas.

Por otra parte, el PP ha denunciado que más de una decena de vallas, pancartas y banderolas repartidas por la ciudad han sido dañadas o retiradas.