La falta de información sexual se erige en la principal laguna de la población femenina

Diario de noticias de Alava, b. apellániz, 23-05-2007

Entre las latinoamericanas está extendida la práctica de ir a controles prenatales

vitoria. La mayoría de la población inmigrante es joven, con buena salud y, en el caso de las mujeres, en edad fértil. Sin embargo, una de las necesidades básicas que todavía se cubre de forma deficitaria en este colectivo es la prevención y la comunicación sobre la salud sexual. Así, según sostuvieron ayer varios expertos en la jornada sobre Mujer Inmigrante y Salud , la información, educación y comunicación en materia de sexualidad brilla por su ausencia. La población femenina inmigrante es en general joven y sin mucha preparación al respecto. Pero, además, en algunas culturas, se topan con verdaderos tabús para poder ofrecer una asistencia sanitaria con garantías.

Pese a que existen muchos factores a considerar, un informe sobre la realidad sanitaria de los colectivos de mujeres inmigrantes asentadas en la CAPV destaca que para un buen número de mujeres de diversas culturas los abortos no son deseables y los provocados suelen ser traumáticos. De hecho, muchas no interrumpirían su embarazo o recurrirían a prácticas clandestinas ya que los consideran delictivos y socialmente reprobables. Sin embargo, en el caso de las féminas de la Europa del Este, cuando no se ha utilizado ningún método anticonceptivo o el utilizado falla, suelen recurrir al aborto con mayor probabilidad que otros colectivos, más influenciados por las creencias religiosas.

En otros países no es usual, en cambio, hacer referencias al estado de buena esperanza de la mujer hasta que la gente lo note por sí misma. Y en otros casos no se anuncia el embarazo hasta que pasa el primer trimestre de gestación. Y, por ejemplo, los especialistas de la Sanidad vasca también han detectado que entre las mujeres latinoamericanas está muy extendida la práctica de asistir a los controles prenatales y seguir las recomendaciones médicas de la figura profesional de referencia: el médico de familia, el ginecólogo o la matrona.

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