ELECCIONES 27M / Un problema, una ciudad / BADALONA / La inmigración
Barrios, guetos y 'pisos patera'
El Mundo, , 23-05-2007Una mafia de paquistaníes está comprando casas para convertirlas en pensiones ilegales. El hacinamiento está creando guetos y problemas de convivencia Kadija tiene miedo en su propia casa. Siente temor hacia sus vecinos latinoamericanos de la habitación de al lado, terror hacia los paquistaníes propietarios de su piso, pánico a salir de los minúsculos nueve metros cuadrados en los que vive con sus tres hijas.
Esta mujer marroquí, de 31 años y separada de su marido, es una de las víctimas que habitan en los cientos de pisos patera diseminados por la localidad barcelonesa de Badalona. Echar un vistazo al balcón de su vivienda ya delata la sobreocupación del domicilio: varios somieres se apilan en la terraza – donde no falta la antena parabólica – para estos inquilinos de ida y vuelta.
El bloque de pisos de Kadija en el barrio badalonés de San Roque es un claro ejemplo de lo que está sucediendo en este municipio. En el tercero, un piso patera regentado por paquistaníes en el que se hacinan marroquíes y latinoamericanos; en el quinto, otra vivienda repleta de asiáticos, y en el décimo, una guardería ilegal regentada por una china.
Los distritos de Badalona están sufriendo una auténtica invasión de viviendas realquiladas y se han convertido en el paraíso de los pisos patera. En los barrios de Artigas, San Roque, La Salut y La Pau se está generando un submundo sin ley donde no imperan las ordenanzas municipales ni las mínimas normas de higiene ni tan siquiera los derechos humanos más elementales.
Timbas en la calle
Pisos de 60 metros con más de 30 personas hacinadas; viviendas sin luz ni agua corriente; talleres textiles clandestinos en casas con máquinas cosiendo durante toda la noche; timbas en la calle en las que se juegan grandes cantidades de dinero; tiendas sin horarios con empleados convertidos en los esclavos del siglo XXI… No, no son escenas del Bronx, sino un paisaje habitual para los residentes de Badalona y de la vecina Santa Coloma de Gramenet, localidades del área metropolitana de Barcelona donde la inmigración irregular ha subido como la espuma.
Esta situación de hacinamiento aumenta el deterioro de los barrios, fomenta el racismo y pone en peligro la convivencia vecinal y entre los propios inmigrantes. «Los latinoamericanos se meten ocho en cada habitación. Beben muchas cervezas y ponen la música alta. Se burlan de mí porque hablo en árabe. Tengo miedo a que hagan daño a mis hijas», se queja asustada Kadija con lágrimas en los ojos, mientras sujeta a su bebé. Ironías de la vida, su cuarto es el más despejado de la casa, ya que en las otras tres habitaciones se amontonan los latinos, según relata Kadija. Sus problemas han aumentado, ya que desde que habló con EL MUNDO el casero paquistaní amenaza con echarla del piso.
La convivencia en estas pequeñas torres de babel donde habitan gentes de países tan diferentes como Pakistán, Marruecos o Bolivia se convierte a veces en un infierno: «Esta chica es una histérica. No nos deja ni salir a hablar al salón y se pone a darnos gritos en árabe», se queja su compañera de piso Verónica, de nacionalidad boliviana.
Paradójicamente, Kadija, que lleva 10 años en España, residía con su familia en una vivienda digna, pero hace cinco años, con la llegada del euro, se produjo una fuerte subida de los precios de alquiler. Como ella, muchos extranjeros abandonaron sus domicilios y fueron empujados a malvivir en estas pensiones ilegales.
La mayoría de los inmigrantes son víctimas, pero también los hay verdugos. De hecho, gran parte del negocio de los pisos patera está copado por una mafia de paquistaníes que se ha dedicado a comprar pisos en malas condiciones para realquilarlos y que ya acapara el 20% de las viviendas de San Roque. Algunos sacan más de 2.500 euros al mes, con lo que enseguida pueden pagar la hipoteca. «Los paquistaníes no quieren pisos, sino cuevas. Hay alguno que tiene hasta 32 pisos patera. El vecino de Badalona se encuentra desesperado porque las normas no se cumplen y el Ayuntamiento no le escucha. Además, si se queja le tachan de racista y, al final, no le queda más remedio que irse», afirma indignado Juan Guerra, que vive en San Roque.
Todo el que puede se va del barrio. El éxodo de la población autóctona está provocando que la concentración de los inmigrantes aumente día a día y que los vecinos no duden en hablar de guetos, zonas en las que pocos se atreven a entrar en cuanto oscurece.
El PP de Badalona ha metido el dedo en la llaga y ha lanzado un polémico vídeo de siete minutos de duración en el que denuncia la degradación de estos barrios por los efectos de la inmigración irregular. Tanto PSC como CiU, Esquerra e ICV – EUiA salieron en tromba a tildar el vídeo de xenófobo y acusaron al PP de situarse a la extrema derecha y de vincular inmigración y delincuencia. Sin embargo, para algunos vecinos, la cinta no expone ni la mitad de lo que sucede en los suburbios.
«Gracias a la pasividad de la alcaldesa, Maite Arqué, algunas calles se están convirtiendo en guetos de la inmigración irregular. Este discurso no es políticamente correcto, pero va a la raíz del problema. El gran error ha sido vivir durante cuatro años de espaldas a la realidad. No estamos hablando de derechas ni de izquierdas, sino del incivismo y la inseguridad en las calles», asegura el candidato del PP a la Alcaldía de Badalona, Xavier García Albiol.
Desde el Ayuntamiento, regido por la socialista Maite Arqué, quitan hierro al asunto y afirman que, de los 140 pisos patera conflictivos, tan sólo quedan 10. El Consistorio creó en verano de 2005 una unidad de convivencia de la Guardia Urbana, especializada en mediar en este tipo de conflictos. «El Ayuntamiento no tiene instrumentos para actuar directamente. Hablamos con los propietarios para reducir la ocupación de los pisos, pero éstos a veces colaboran y otras no. Necesitamos que nos den poder ejecutivo, porque ahora todos los procesos son garantistas con respecto a los ocupantes», declara el primer teniente de alcalde del municipio, Eduardo Tortajada.
Localizar los pisos patera en Badalona resulta fácil. Los mismos vecinos te van indicando: «Mira, ahí hay uno de chinos; allí, otro de paquistaníes. Esa terraza la han cubierto con uralita para ganar una habitación». Los residentes acusan al Ayuntamiento de falsear los datos. «¿Qué sólo hay 10 pisos patera? Sólo en el barrio de San Roque tenemos 200. Esto es un gueto. La gente duerme en los balcones. Puntean los contadores de luz y de agua para no pagar. Necesitamos que se amplíe la remodelación del barrio», critica Diego Justicia, presidente de la Asociación de Vecinos de San Roque.
Apenas hay mezcla. Los paquistaníes no se relacionan con los marroquíes, ni éstos con los latinoamericanos, y los gitanos españoles se llevan a matar con los gitanos rumanos, ya que luchan por el dominio del barrio. Ante este panorama, los vecinos piden a los políticos valentía para actuar antes de que se quiebre la cohesión social.
Coladero
Padrón. ¿Es posible que haya más de 1.000 inmigrantes empadronados en tan sólo 17 pisos? Sí, eso ha sucedido en Badalona. Desde hace tiempo, la Policía viene denunciando los fraudes que se producen en el padrón municipal, convertido en un auténtico coladero de inmigrantes irregulares.
Cambio. Los ayuntamientos han pedido al Gobierno central una revisión de la Ley de Empadronamiento para que se limite el número de personas empadronadas por vivienda, algo que ya se está realizando en Madrid y Valencia. También reclaman poder sancionar la sobreocupación de las viviendas.
Concentración
Disparidad. La población inmigrante en España se concentra de manera muy desigual. De hecho, dentro de Badalona hay barrios como el de Centro que apenas registran inmigrantes, mientras el de San Roque tiene un porcentaje del 34%.
El Ejido. En nuestro país, ya hay 47 municipios de más de 50.000 habitantes con un porcentaje superior al 10% de inmigrantes. El Ejido (Almería) es el que registra una mayor concentración de extranjeros con un 29%. Detrás se sitúan Torrevieja (Alicante), Roquetas de Mar (Almería), Arrecife (Las Palmas), Parla (Madrid) y Lorca (Murcia).
Manifestaciones
Protesta. La chispa saltó a comienzos de este año. Los vecinos del barrio badalonés de La Salut decidieron salir a la calle para manifestarse contra los pisos patera. Unos 200 residentes pedían el desalojo de los bajos de un edificio, en el que se hacinaban 40 gitanos rumanos.
Redadas. Aunque la situación ha mejorado, ni las protestas vecinales ni las redadas policiales han logrado poner fin al negocio de los inmuebles sobreocupados y de las camas calientes. En noviembre de 2006, la Policía barrió 11 pisos patera; en uno de ellos, de 60 metros cuadrados, vivían 34 rumanos.
(Puede haber caducado)