POR DEBAJO
Celestino Corbacho
El Mundo, , 23-05-2007Si hay un alcalde al que todos los candidatos ponen como ejemplo, independientemente de las siglas a las que deban su fidelidad, ése es el de L’Hospitalet, Celestino Corbacho. Desde la izquierda hasta la derecha, Corbacho se ha convertido en el principal referente por la forma en que ha abordado el fenómeno de la inmigración en la segunda ciudad de Cataluña: con autoridad y sin demagogia; gobernando la nueva realidad, como le gusta decir. A diferencia de lo que publicita el candidato del PP a la Alcaldía, Juan Carlos del Río, en L’Hospitalet no hay guetos y tampoco se han producido los brotes violentos entre vecinos e inmigrantes que se han registrado en otras poblaciones del entorno de Barcelona de las mismas características, como Badalona. También con alcaldesa socialista, la situación es mucho peor que en L’Hospitalet, lo que demuestra que lo importante, al fin y al cabo, son las personas. Mucho antes de que los políticos – incluso los de derechas – hablaran de inmigración, mucho antes de que este fenómeno saltara a los medios de comunicación a través de las encuestas ciudadanas, el alcalde de L’Hospitalet ya decía en privado que sería el reto a superar por los municipios metropolitanos a medio plazo. Y así ha sido. En algunos barrios de L’Hospitalet, el porcentaje de población inmigrante supera el 33% y en muchos centros escolares más de la mitad de los alumnos son extranjeros.Y todo ello, en los últimos cuatro años. En L’Hospitalet no se ha esperado a que los pequeños problemas de convivencia derivaran en enfrentamientos en la calle y se ha actuado con firmeza ante los propietarios de bares que no cerraban a la hora o con mediación en las escaleras en las que se producían desajustes en el día a día. Una unidad especial de la Guardia Urbana se dedica especialmente a trabajar en los barrios con más inmigrantes. Y el resultado ha sido positivo porque se ha entendido que, además de reformar la Gran Via y construir edificios singulares y hoteles de lujo en el nuevo distrito económico, también había que esponjar los barrios creando nuevos espacios públicos, como se ha hecho, por ejemplo, en el distrito de Collblanc – La Torrassa. En esa zona, con un porcentaje de inmigrantes cercano al 30%, la convivencia estuvo a punto de romperse hace un año, pero la situación ha mejorado exponencialmente en los últimos 12 meses. Sólo hay que visitar alguno de los bares del barrio un domingo por la tarde.Colores, idiomas y nacionalidades distintas vibran al unísono en torno a una televisión de plasma unidos por un sentimiento común: el Barça. La convivencia ha ganado.
ferran.boiza@elmundo.es
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