Lucía Vizcaya, la jefa de la Oficina de Extranjeros de Huelva que declaró el 27 de abril como testigo en el caso de la presunta trama que ofrecía permisos falsificados a inmigrantes a cambio de dinero o de favores sexuales, afirmó ante el juez que supo de las irregularidades en los expedientes de varios ciudadanos chinos cuando se inició la investigación policial. Vizcaya señaló que, ya antes de que estallase el caso, había hablado con el subdelegado, Manuel Bago, diciéndole que había visto algunas irregularidades en algunos expedientes.

En el escrito de la declaración, la testigo afirma que el subdelegado conocía estas irregularidades y que, de hecho, se llamó la atención a los funcionarios implicados, entre los que se encontraba el principal acusado del caso de cohecho, M. B. Vizcaya afirmó que no sabe si los expedientes tramitados a los chinos son falsos, porque “no han aparecido, salvo uno, del que sólo ha aparecido el sello de huella”.

La jefa de la oficina apuntó en su declaración que recordaba que un “señor de Ayamonte (…) le dijo que en la oficina se estaban pidiendo 200 euros por poner la huella”. Vizcaya informó verbalmente de esa presunta irregularidad al subdelegado del Gobierno y al secretario general de la Subdelegación, Manuel Iglesias. Vizcaya también señaló que, gracias a ciudadanos que acudieron a hablar con ella en la oficina, supo de las presuntas irregularidades cometidas por el funcionario acusado. Desde ese momento, la responsable de Extranjería revisó más minuciosamente los expedientes tramitados por dicho funcionario “pero no observó nada extraño”. En este sentido, Lucía Vizcaya afirmó que el trabajador cometió estas irregularidades cuando ella se encontraba de vacaciones.