gasteiz. Que el Gobierno español esté preparando una ley que regule la situación laboral de las empleadas de hogar, tal y como ha informado a través de los medios de comunicación, es una buena noticia para este sector, pero quedan aún demasiados flecos sin atar para que estas trabajadoras puedan salir a celebrarlo. El asunto que más preocupa a las empleadas vascas es la falta de herramientas que obligue a los contratadores a darles de alta en la Seguridad Social. Es más, sin los instrumentos de control necesarios, el tiro podría salir por la culata y provocar un daño colateral: “el aumento de la economía sumergida”.

Es la preocupación que ayer transmitió una de las asesoras de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia, Isabel Ochoa, quien exige “un control que haga cumplir la ley”. “Aunque ahora es obligatorio que la empleada cotice a partir de las 20 horas semanales hay muchos que lo incumplen, así que con el cambio de ley podría haber incluso más irregularidades y más economía sumergida”, lamenta Ochoa.

No en vano, los 146 euros mensuales de cotización que supone ahora la contratación de una empleada de hogar, podrían aumentar a 270 euros con la nueva norma que incluirá a este sector en el régimen general de trabajadores. “Si ahora los empleadores justifican la falta de contratos con la carestía de la cotización, el riesgo será mayor con el cambio si no se habilitan controles estrictos”, explica.

Pero hay más problemas detectados por este colectivo en las previsiones del Gobierno de Zapatero y tienen mucho que ver con los plazos. Se calcula que la aplicación de los nuevos derechos será gradual y culminará en ocho años. Pues bien, Isabel Ochoa recuerda que “esta reforma tendría que haber estado terminada hace muchos años, estos derechos deberían estar reconocidos ya”. “¿Cuándo empezarán estas mujeres a cobrar cuando están de baja o cuando han tenido un accidente laboral?”. Son algunas de las preguntas que todavía están en el aire.

No en vano, los casos de abusos más sangrantes a las empleadas de hogar tienen que ver con estas situaciones, aún sin regular. “Tener a la gente sin cobrar durante un mes porque está de baja es una barbaridad”, recuerdan en este sentido desde la asociación vizcaina. De hecho, “hay contratadores que, aunque hayan dado de alta a la trabajadora en la Seguridad Social, en el momento en que enferman, les obligan a ellas a pagarse la cotización”, según denuncia Ochoa.

Abusos a inmigrantes Y quienes mejor lo saben son las mujeres inmigrantes que viven en Euskadi en situación irregular. “Hay empleadores que incumplen la ley con ellas porque saben que les va a costar acudir a los juzgados a denunciar”, lamenta la asesora de este colectivo. Por ello, son las empleadas de hogar extranjeras las que más a menudo se encuentran con jornadas excesivamente largas y sin descansos o con despidos injustificados sin liquidación económica, entre otros abusos.