P. A.

LAS PALMAS. La Delegación del Gobierno en Canarias decidió cumplir con diligencia la orden, anunciada en forma de promesa electoral por Rodríguez Zapatero, que prometió el sábado en Las Palmas de Gran Canaria que «todos los inmigrantes que lleguen de manera irregular, serán devueltos inmediatamente a sus países de origen».

Siete vuelos fletados por el Ministerio de Interior devolvieron a 800 de los aproximadamente mil inmigrantes llegados la semana pasada a Canarias, en una operación inédita, dada la cantidad de personas y el tiempo transcurrido desde su llegada a su repatriación.

Si bien durante el 2006 llegaron a hacerse repatriaciones de hasta 500 personas en una sola jornada, cuando la situación se hizo insostenible en los centros de retención, desbordados; nunca antes se había realizado una operación con la celeridad y en la magnitud de esta, con los centros prácticamente vacíos. El candidato socialista no ha tardado en buscar rédito electoral de la inusual actuación del Gobierno, asegurando que es un mensaje «demoledor» para las mafias y «disuasorio» para los inmigrantes.

Por otra parte, la lucha electoral supera ya los límites de las siete islas y se ha trasladado a Venezuela. El voto de miles de emigrados canarios es motivo de disputa entre CC y el PSOE, que se acusan mutuamente de fraude y manipulación del electorado.

Según el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo (PSC), se ha abortado «un nuevo intento de fraude electoral por parte de CC en Venezuela», en Maracay, estado de Aragua. Allí, según los socialistas, el representante nacionalista, Francisco Correa, pretendía «sustituir a la empresa de correos en el reparto de las papeletas para votar».