Por si no lo había escenificado suficientemente o por si entre tanto bombardeo mediático su ópera bufa pasaba desapercibida, Coalición Canaria contrató este sábado una última página en el periódico que más al margen se encuentra del discurso público de Paulino Rivero sobre la construcción de Canarias. El anuncio reproduce un enorme octógono rojo, con el lema Stop a la inmigración irregular. Escudándose en el drama humano de los que zarpan de África pero no alcanzan nuestras costas y haciéndonos creer que les preocupan estos cientos o miles de sueños y vidas truncadas, lo que Paulino Rivero defiende no es evitar más muertes, sino que los vivos no lleguen a nuestras costas, que no manchen nuestras playas y que esas imágenes no se cuelen en nuestras casas cuando deglutimos la comida que sí tenemos cada día.

Todo el discurso parte de un error de base, a la vez fundamentado en la cobardía de no ir de frente, porque, si de verdad dijera lo que piensa y dice entre líneas, hasta habría quien pudiera tener argumentos suficientes para acercarse a la Fiscalía, por lo que está sembrando desde hace años en nuestras cabezas. Lo previsible de este discurso es que, como nadie lo frena, salen alumnos en todas las fuerzas políticas. Y ahí apareció la candidata del PP en Arona, a cuyo Puerto de Los Cristianos llegan los cayucos, guiados por un moderno GPS. La conservadorapropone que desembarquen a los inmigrantes en otro sitio, pero sin que afecte a la industria turística y, de paso, insiste en el falso riesgo de las enfermedades. No nos merecemos estos políticos.

Es muy posible que Paulino Rivero sea presidente del Gobierno en un par de semanas, como Soria y López Aguilar. En caso de ser así, más le vale que se ponga a estudiar de verdad (además de un manual para no decir tonterías, algunos libros básicos sobre África), que viaje a Marruecos, Mauritania, Senegal, Mali, Guinea y Cabo Verde, que se hospede en una de las casas de las que un día salieron estos chicos y que convenza a Luis Padilla. De lo contrario, lo único negro de verdad será su mandato.