Paraguay y Venezuela relevan a Bolivia en la llegada de'sin papeles'

El Periodico, MAURICIO BERNAL / BARCELONA, 21-05-2007

No han pasado ni dos meses desde la imposición del visado a los nacionales de Bolivia y la policía española ha detectado ya que la vía de entrada de los inmigrantes sudamericanos se ha desplazado a Paraguay y Venezuela, dos países a los que aún no se exige el documento. Como la tendencia es cerrar las puertas cuando en los aeropuertos las cifras se desbordan, los gobiernos paraguayo y venezolano dan por sentado que no pasará mucho tiempo antes de que el Gobierno español promueva ante la Unión Europea (UE) la imposición del visado a sus ciudadanos, como ya hizo con colombianos, ecuatorianos y bolivianos.
Fuentes del Ejecutivo ya comentan en privado que ahora “el problema” son los paraguayos y los venezolanos. “Las cifras no llegan aún ni a la mitad de los 1.000 bolivianos que llegaban cada semana, pero la tendencia es claramente al alza”, han ratificado fuentes de Interior.
“Lo que ya hemos advertido es que en Barajas hay una vigilancia sobre los vuelos procedentes de Paraguay que antes no había”, explica la cónsul paraguaya en Barcelona, Teresita Montanaro. La sede del consulado, en la calle de Pau Casals, es por sí sola un síntoma del crecimiento que ha registrado este colectivo en los últimos dos años: hay tanta gente esperando – – en la sala de espera, en el vestíbulo, en los pasillos – – que a los funcionarios les cuesta moverse entre los despachos. “El año pasado – – dice la cónsul – – usted venía aquí y se encontraba con dos o tres paraguayos esperando para hacer algún trámite. ¡Y ahora, mire esta fila!”.

DOMINICANOS DISFRAZADOS
La policía española sospecha, además, que una buena parte de los paraguayos no son tales, sino ecuatorianos y bolivianos con pasaporte falso. Con Venezuela el fenómeno es aun más acusado. Un gran porcentaje corresponde a dominicanos de nacimiento que utilizan el territorio venezolano para dar el salto a la Península. “Son personas que se trasladan a Venezuela y allí consiguen que les den la nacionalidad – – explica la cónsul en Barcelona, Belén Rojas – – . Por ley se les da un carnet, pero no el pasaporte, así que lo que hay es un gran tráfico de pasaportes adulterados”.
El informe sobre inmigración que regularmente divulga el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales registró 758 paraguayos legalmente instalados en España a diciembre del 2002. En cuatro años la cifra se ha multiplicado por 13, y en el último informe, fechado el 31 de marzo del 2007, ya eran más de 10.000. Pero si atendemos a la cifra de empadronados, la diferencia es abismal: el uno de enero del 2006, los ayuntamientos habían censado ya a más de 28.000. Un año y medio después, algunos apuntan que la cifra podría haber llegado a 50.000. Con los venezolanos sucede algo similar, aunque con una progresión menor: de unos 10.000 han pasado a casi 30.000.
Tanto en el consulado venezolano como en el paraguayo han advertido un aumento de los ciudadanos que la policía devuelve a su país de origen, casi siempre, afirman, sin fundamento. “Depende del humor del funcionario de turno”. O sea, la misma dinámica que precedió a la exigencia de visado a otros países. Las dos cónsules, de hecho, denuncian y lamentan los “malos tratos” en la terminal madrileña y predicen que ni Paraguay ni Venezuela escaparán a la tendencia de la UE a cerrar las puertas a los latinoamericanos. “Los pasos que se están dando está encaminados a imponer el visado”, afirma la diplomática venezolana. Su homóloga paraguaya está segura de que tendrá lugar “antes de un año”.

CRECIMIENTO EN BARCELONA
Ni la colonia venezolana ni la paraguaya han hecho de Catalunya su principal lugar de residencia, lo que no ha impedido que las estadísticas de población de Barcelona hayan registrado el fenómeno. Según las cifras del ayuntamiento, la de los paraguayos fue la segunda comunidad que más creció el año pasado (casi el 59%), pese a que en términos absolutos no figura ni entre las 10 nacionalidades imperantes.

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