JOSÉ M. LEZANA JEFE DE LA SECCIÓN FORAL DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA

«La acogida familiar es una asignatura pendiente»

«El abandono físico y emocional es el maltrato infantil más habitual»

Diario Vasco, F.S., 21-05-2007

- ¿El problema de los menores en situación de abandono es una realidad ignorada por la sociedad guipuzcoana?

– Cuando se habla de maltrato infantil es habitual identificarlo con niños y niñas golpeados, cuyas lesiones han precisado atención médica y, en los casos más graves, su hospitalización.

Sin embargo, quienes trabajamos en servicios de protección infantil sabemos que el abandono, tanto físico como emocional, es el tipo de desprotección más habitual.

– ¿Cuáles son las causas más comunes que originan esta desprotección?

– Son muy diversas. Entran en juego factores individuales (toxicomanías, problemas de salud física o mental ), familiares (relaciones de pareja conflictivas), sociales (precariedad económica, desarraigo) y culturales (modelos de crianza inadecuados, valores predominantes que restan importancia a la educación de los hijos ).

– ¿Se han ido modificando las causas?

– Gipuzkoa no vive aislada ni en un mundo inmóvil. Así, si bien hace años era más frecuente la existencia de problemas de toxicomanía en los padres, este grupo se ha reducido. Sin embargo, ha aumentado el de niños y niñas pertenecientes a familias monoparentales, algunas de ellas de origen inmigrante. También se ha incrementado el número de casos en los que aparece una conflictividad grave entre padres e hijos adolescentes, con episodios de violencia mutua y fugas del domicilio que en ocasiones pueden llevar a sus padres a solicitar la delegación de la guarda de sus hijos.

– ¿A los niños que no pueden volver con sus padres, es fácil encontrarles familia de acogida?

– El recurso del acogimiento familiar sigue siendo una asignatura pendiente en Gipuzkoa. Son más los niños y niñas para los que se considera idóneo un acogimiento familiar que las familias dispuestas a realizar dicho acogimiento. Se está planteando la posibilidad de desarrollar un modelo de acogimiento similar al que existe en Francia, en el que las personas que se responsabilizan del acogimiento son profesionales contratados y remunerados por la administración.

– ¿La llegada de menores inmigrantes sin acompañamiento de adultos se está incrementando?

– Se ha incrementado pero, además, desde hace un tiempo son más los que expresan su voluntad de permanecer entre nosotros y alcanzar los objetivos de su proyecto migratorio. Otro cambio es que cada vez son más pequeños: hace años la mayoría estaban cerca de la mayoría de edad; ahora llegan muchos por debajo de los 15 años.

– ¿A tenor de los problemas surgidos en los pisos y centros de acogida se puede concluir que son menores problemáticos?

– La mayoría de estos chicos muestran una buena respuesta a las ayudas que se les ofrecen. Aprovechan la formación y mantienen un proyecto migratorio claro. Pero en los medios de comunicación se hacen más presentes los que crean problemas, aparentando ser muchos más de los que en realidad son. Es cierto que algunos presentan problemas de comportamiento muy importantes y que esto trasciende al entorno en el que conviven. No podemos olvidar que se trata de adolescentes (algunos incluso preadolescentes), que emigran en condiciones de precariedad y que ya en su situación de origen han sufrido muchas carencias. Esto hace que su trayectoria se vuelva en ocasiones errática, cayendo en conductas de consumo, delincuencia y agresividad.

– ¿Cuál es la solución?

– El desafío en estos casos es muy importante, no sólo para el sistema de protección infantil sino para toda la sociedad de acogida: ¿Qué hacer con estos chicos tan molestos, desorientados, sin referencias, a veces gravemente dañados ? No tengo una respuesta, ni la he encontrado entre quienes trabajan en otras comunidades con este colectivo. Sin duda, como para otro tipo de problemáticas, ésta es una cuestión de recursos, y habrá que preguntarse si estamos dispuestos a invertir en ello.

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