Esquerra celebró ayer su acto central de campaña en el que sus dirigentes rebajaron el tono identitario y elevaron las críticas contra el PP A Jordi Portabella le dieron un disgusto el jueves.Transcurría el ecuador de la fatigosa campaña municipal, cuando al candidato de Esquerra le robaron la moto. La suerte y la rápida intervención de los Mossos d’Esquadra permitieron que el todavía segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona recuperase su scoopy y su sonrisa el sábado, sólo tres días después de que se cometiese el delito.

Portabella es de nuevo un candidato motorizado y, a pesar de haber sido víctima de la delincuencia, se mantiene en su idea de que la capital catalana no es una ciudad insegura y de que incrementar el número de agentes de la Guardia Urbana, como piden CiU y PP, es una medida innecesaria y una propuesta propia de la derecha, que «confunde seguridad con inmigración».

El candidato independentista insistió ayer en esta idea durante su intervención en el largo acto central de su campaña, que se celebró en el teatro Romea ante unos 600 asistentes y con la presencia estelar del presidente de su partido, Josep Lluís Carod – Rovira, y del secretario general, Joan Puigcercós.

Después de que el mago Hauson entretuviese al público durante un buen rato sacando monedas de detrás de sus orejas y descubriendo qué cartas ocultaban algunos voluntarios, Portabella tomó la palabra para dejar muy claro que es el único candidato «con un modelo de ciudad y con un programa vertebrador».

Esquerra se presenta a estas elecciones con una batería de «nuevas ideas» fruto del «trabajo» y del «rigor». Portabella ha «escuchado a la gente» y gracias al «talento» ha podido presentar un centenar de «innovadoras» propuestas para convertir a Barcelona en una ciudad «universal y cosmopolita».

Algunas de las iniciativas de Portabella han sorprendido en los últimos días por su originalidad. En materia de movilidad, por ejemplo, el alcaldable republicano es partidario de remodelar de forma absoluta el trazado de los autobuses. Que los buses vayan rectos, que no giren, sería el resumen de su idea de instaurar «un trazado ortogonal».

Así, cada calle tendría su propio autobús y éstos, que también irían más rápido, recorrerían toda la ciudad, aunque, los usuarios tendrían que acostumbrase al transbordo continuo. Esta experiencia, según Portabella, ya funciona en otras ciudades, como Nueva York.

El amplio programa de Esquerra para la capital catalana también aborda otras preocupaciones de los ciudadanos como la de la vivienda.El alcaldable republicano presentó el primer día de campaña un ambicioso plan para conseguir a través de «la mediación» que los precios de los alquileres bajen un 10%. Esta propuesta se completa con otra, prevista también para hacer más económica la vida diaria de los barceloneses, consistente en publicitar a costa de las arcas municipales las ofertas de las principales cadenas de supermercados en radio, televisión y diarios.

El extenso programa se ha preocupado también por la cultura.Portabella, consciente de que el Festival Grec, dependiente del Ayuntamiento, no vive su mejor momento, aboga por ampliarlo «a todo el ámbito de los Països Catalans, realizando obras en Fraga, Perpiñán, Alicante y Alguer».

Otra de las ideas estrella se refiere también a la cultura: convertir a Barcelona en «la capital del mundo de la lengua y la cultura catalanas». Un proyecto que se podría materializar de forma inmediata, pues cuesta imaginar que otras grandes capitales como, por ejemplo, Londres, París, Berlín o Madrid compitan con la catalana por la obtención de este título.

«Hay profundidad y un gran calado en cada proyecto de Portabella, pues es el único candidato con un proyecto de ciudad», indicó Puigcercós, durante una muy aplaudida intervención.

Carod puso el broche de oro a las más de dos horas de mitin, lo hizo rebajando el tono de su tradicional discurso identitario y elevando las críticas hacia el PP. Esquerra y los populares no rivalizan por el mismo electorado, pero a Carod le puede salir rentable arremeter contra el partido de Josep Piqué. En parte, porque agitar el fantasma de la derecha españolista puede movilizar a su electorado. Y en parte, para debilitar a CiU – posible futuro socio del PP – cuyo electorado sí puede pasarse a ERC.

De este modo, Carod invitó a posibles votantes y simpatizantes de Esquerra a acudir el domingo a las urnas «para evitar» que el PP tenga más concejales que la formación independentista.Actualmente, los populares cuentan con siete ediles y los republicanos sólo con cinco.

También insinuó que el ex presidente español José María Aznar tiene un «problema» con el alcohol y se preguntó «qué habrá hecho de las 10.000 botellas de vino que le regalaron durante las dos legislaturas» en que gobernó. Carod puso en duda que Aznar estuviese sereno cuando decidió ir a la guerra de Irak o cuando se fotografió con George Bush con los pies encima de la mesa.

El presidente de Esquerra acabó su intervención con una propuesta, «alejada de la xenofobia del PP», para evitar que los inmigrantes sean discriminados en Cataluña: «No marginemos más a la gente de fuera. La única solución es hablarle a todo el mundo en catalán, la lengua nacional, en un gesto de buena educación, que es la manera de hacer las cosas más fáciles», dijo. «Un ecuatoriano en Madrid será siempre un inmigrante, en cambio un ecuatoriano que habla catalán en Cataluña, será catalán», razonó Carod.