“La Constitución discrimina a los inmigrantes por su origen, ¿Por qué los inmigrantes de algunos países hispanohablantes pueden votar al cabo de dos años y los que proceden de un país subsahariano pueden tardar hasta 10?”.

El candidato de ERC, Jordi Portabella, entró ayer en la cuestión que levanta más ampollas en estas municipales: la inmigración. Pidió reformar la Constitución y reclamó que todos los inmigrantes puedan votar tras cinco años de residencia.

A los inmigrantes presentes en el acto, la mayoría sin derecho a voto, les repartió la Carta de Derechos y Responsabilidades. La intención de Portabella es que la carta llegue a todos los hogares. Tras desgranar algunos de los derechos, como el trabajo, la educación y la sanidad, Portabella insistió en las “responsabilidades”. El alcaldable quiere inmigración regular, combatir la economía submergida y que todo el mundo respete la normativa sobre medioambiente. Concretó una medida para conseguir “una ciudad mezclada” y sin guetos: un máximo de 40% de inmigrantes por clase. Portabella admitió que los servicios actuales no son suficientes y que hay que reforzar la sanidad y la educación.

Por la tarde, la lluvia jugó una mala pasada al candidato. Eligió la azotea del mercado del Carmel para mostrar a los periodistas el éxito de su programa de placas solares, pero incluso el certificado que acredita que había financiado 1.000 euros de placas quedó empapado. La promesa de Portabella fue que en los próximos cuatro años uno de cada ocho edificios tendrá placas solares.