El triunfo de una hija de inmigrantes
ABC, 19-05-2007Rachida Dati Ministra de Justicia
J. P. QUIÑONERO
PARÍS. El nombramiento de Rachida Dati (Saint – Rémy, Saône – et – Loire, 1965) como ministra de Justicia tiene una cierta dimensión histórica altamente simbólica: por vez primera en la historia de Francia, la hija de una familia de inmigrantes pobres (padre marroquí, albañil, y madre argelina) alcanza un cargo de tal importancia, en la cúspide del poder judicial.
Rachida Dati, nacida y crecida en un suburbio obrero, fue una de las consejeras más cercanas de Nicolas Sarkozy, ministro del Interior, durante la crisis de los suburbios del invierno del 2005. Año y medio más tarde, ella ha sido la gran revelación de la pasada campaña presidencial, por su gracia, su talento, su firmeza, su figura emblemática de una Francia de nuevo cuño.
Nacida en una familia originalmente musulmana, Rachida Dati se educó en una escuela católica de provincias. Y a los dieciséis años trabajaba como enfermera para pagar sus estudios de contabilidad. Cursó economía y derecho, mientras seguía trabajando, con iniciativas personales de rara osadía: escribir a grandes patronos, Albin Chalandon, de Elf, la gran empresa petrolífera, y Jean – Luc Lagar_re (Matra), pidiéndoles un trabajo. De esa misma manera conoció a Sarkozy, mientras seguía cursos en la Escuela nacional de la magistratura.
Ya iniciada una incipiente carrera judicial, Sarkozy la invitó a trabajar a su lado, en el Ministerio del Interior (2002), como consejera en cuestiones de seguridad e inmigración. Su primer trabajo político de fondo fue un proyecto de Ley consagrado a «prevención y delincuencia». Una carrera excepcionalmente brillante, sin un fallo conocido, que culmina en la plaza Vendome, en el ministerio de Justicia. Una trayectoria emblemática, con evidente futuro.
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