GENERAL

Limbo mauritano

El Correo, SANTIAGO GONZÁLEZ, 19-05-2007

El gran Ambrose Bierce definió la voz ‘inmigrante’ en su Diccionario del Diablo como «persona desinformada que cree que un país es mejor que otro». Suele ser también, mayoritariamente, una persona indocumentada, calificativo en cuyo campo semántico cabe la sinonimia con el anterior. Bierce no explicaba, aunque no parece que haga falta, que al inmigrante le parece un país mejor el de destino. Es decir, que al subsaharianito del África tropical que se embarca en el cayuco, le parece que Alemania, Suecia, Francia, ¿incluso España!, son países mejores que el suyo propio.

El asunto del ‘Marine I’ viene a demostrar que entre los países expendedores de inmigrantes también hay grados. Recordarán, y si no para eso estamos, que a comienzos de febrero llegó a las costas de Mauritania un barco cargado de inmigración plural y diversa, procedente de India, Pakistán, Afganistán, Sri Lanka, Birmania, Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia, entre otros. Tras unas arduas negociaciones en las que nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores dio una lección práctica de la utilidad de la Alianza de Civilizaciones, los inmigrantes fueron saliendo hacia sus lugares de procedencia. De los 369 originarios sólo quedaron 23 que alegaron proceder de Cachemira, país que ha resultado ser el peor de entre los orígenes por estar sometido a litigio entre India y Pakistán.

La cuestión es que los 23 están encerrados en un depósito de pescado de 25 metros cuadrados desde hace tres meses, del que no pueden salir, sometidos a temperaturas extremas, hacinamiento y falta de higiene. Esta situación ha producido entre ellos cuadros de depresión, ansiedad e ideas recurrentes de suicidio.

El fundador del colectivo de defensa de los Derechos Humanos ‘Queda la Palabra’, Jesús Hidalgo, se declaró en huelga de hambre hace dos meses ante el Congreso de los Diputados por lo que calificó como «pequeño Guantánamo español». No valió para nada, salvo quizá para inspirar la creatividad del fiscal general del Estado en el campo de la metáfora. Para que nos vengan ahora con que el limbo no existe.

s.gonzalez@diario – elcorreo.com

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