La treintena de argelinos llegados en patera a Mallorca esperan en Barcelona su expulsión

· Dos altos funcionarios del consulado de Argelia se trasladaron a la capital catalana para recopilar datos de los recién llegados

La Vanguardia, Enrique Figueredo, 18-05-2007

La treintena de ciudadanos argelinos que el pasado 30 de abril llegó a bordo de una patera a las costas de la localidad mallorquina de Santanyí se encuentran recluidos en el centro de internamiento de extranjeros de Barcelona a la espera de su eventual repatriación. El Gobierno mantiene estrechos contactos con la Administración argelina para lograr su plena identificación y culminar así un proceso de retorno que todavía está en el aire.
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Resulta infrecuente que lleguen a las islas Baleares pateras cargadas con inmigrantes sin documentación procedentes del norte de África, aunque los traficantes de hachís hayan ya demostrado en el pasado que esa ruta es posible como paso previo para llegar al levante español. Esta es la cuarta embarcación de este tipo que llega al archipiélago desde septiembre del 2006. Mallorca carece de instalaciones apropiadas para retener a extranjeros irregulares que, técnicamente, no son presos sino inmigrantes a la espera de ser devueltos a sus países. Por ello, fueron trasladados en avión hasta Barcelona y ahora se encuentran en el CIE de la Zona Franca.
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La pasada semana dos representantes consulares de alto nivel de Argelia se trasladaron desde Alicante a la capital catalana para tomar reseñas de esta treintena de hombres. Ahora las autoridades argelinas deberán reconocerles como compatriotas, lo que supone un paso ineludible para su repatriación. Por el momento, el Ministerio del Interior español está a la espera de que el consulado argelino dé una respuesta. Aunque estos procedimientos han mejorado últimamente, también ha ocurrido en el pasado que Argelia, avalada por la completa falta de documentación de los retenidos, no ha reconocido a los inmigrantes presentados como ciudadanos de aquel país. Si eso ocurre y se supera el límite máximo de 40 días que la ley permite retener a un indocumentado, la treintena de argelinos llegados de Mallorca serán inmediatamente puestos en libertad, como ya ha ocurrido en el pasado con centenares de subsaharianos.
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La sorpresiva llegada de esta patera a Mallorca se produjo en las costas de Santanyí. Comerciantes de la zona avisaron a la Guardia Civil de la presencia de un grupo de desconocidos de origen magrebí, que hablaban en francés y en árabe, que deambulaban por la población y trataban de comprar ropa, comida y un pasaje para llegar a Valencia. Las personas que contactaron con el puesto de Manacor supusieron que este grupo había llegado en patera pues iban “con las ropas mojadas y llenos de arena”. Patrullas de la Guardia Civil se desplazaron al lugar e iniciaron las primeras detenciones.
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Algo más tarde, frente a la cala Mondragó, a una media milla mar adentro, se localizó la embarcación, de unos 10 metros de eslora, en la que habían arribado a tierras mallorquinas sus 34 ocupantes. En el interior de la patera se localizó gran cantidad de ropa mojada y algunos chalecos salvavidas. La chalupa fue llevada al puerto de Porto Petro donde quedó intervenida.
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A partir de ahí se inician diferentes batidas que concluyen con el arresto de la que se cree la totalidad de los ocupantes de la patera denominada Elamel, según constaba pintado en el casco. Los arrestos se produjeron en Santanyí, S´Amarador, en la zona de S´Alqueria, en Sa Barca Trencada, en Porto Petro y también en el puerto de Palma.
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Con independencia de que la Guardia Civil entregó a los detenidos por infracción de la ley de extranjería al Cuerpo Nacional de Policía, competente en materia de extradiciones y expulsiones, el instituto armado ha iniciado una investigación para determinar si tras esta atípica llegada de una patera a la comunidad balear se esconde una organización criminal.
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El suceso ha puesto en alerta a las autoridades gubernativas del archipiélago. Una parte de esta investigación consistió en averiguar si alguno de los recién llegados, en realidad, era el patrón de la embarcación o algún delegado de la supuesta red encargada de estos traslados ilegales. La concreción de estas pesquisas son datos que todavía no han trascendido. Una de las sospechas es que la patera pudo ser arrastrada durante centenares de millas por una embarcación a motor a cambio de una determinada suma de dinero y que, una vez a cierta distancia de la costa balear, fueran desenganchados y obligados a continuar el viaje por sus propios medios, lo que finalmente consiguieron.
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