Una explosión en un el cuarto piso del número dos de la plaza Ostegieta, en Llodio, sobresaltó ayer a los vecinos del centro de la segunda localidad alavesa. El estallido, que se produjo en torno a las siete y cuarto de la tarde, causó pequeños daños materiales en el domicilio.

Al parecer, un matrimonio de ancianos, cuyas iniciales corresponden a M.C.A y L.U., dejó sobre la placa de un termo eléctrico de la despensa de su cocina varios aerosoles. Los botes explotaron por efecto del calor, según informaron fuentes del servicio de bomberos de Ayala, que se personaron en el inmueble.

El estallido pudo escucharse en buena parte del centro de Llodio. «Me asusté mucho», aseguró a EL CORREO una vecina que se encontraba en ese momento en el ascensor de un bloque cercano al piso donde ocurrió el accidente. La explosión provocó desperfectos en los techos y marcos de las puertas de la vivienda, así como la rotura de los cristales. Los ancianos pudieron pasar la noche en su residencia.

Detenciones

De otro lado, la Policía Nacional detuvo ayer a catorce integrantes de una banda de atracadores, en su mayoría de nacionalidad colombiana, que se había dedicado en los últimos cuatro meses a asaltar joyerías y bancos de varias localidades españolas, entre las que se encuentra Vitoria.

Según informó el Ministerio de Interior, siete de los presuntos ladrones fueron detenidos en Madrid; y el resto, en la localidad granadina de Baza. Uno de los supuestos implicados es el propietario de una casa de compra – venta de joyas, quien al parecer adquiría el material expoliado, un botín que la Policía valora en unos 500.000 euros.

Los arrestos culminan la denominada ‘operación Rulo’, puesta en marcha en febrero después de que se produjeran varios robos con violencia en tiendas de joyas de diversos puntos de la geografía española. El operativo ha permitido recuperar 20 kilos de alhajas, gemas, brillantes y zafiros.

Según explicó Interior, el ‘modus operandi’ del grupo consistía en dividirse y simultanear varios actos delictivos, como robos con violencia e intimidación dirigidos a profesionales del gremio de la joyería y asaltos a furgones blindados. Los ladrones se desplazaban por toda la península para cometer sus fechorías, pero luego regresaban a Madrid, donde tenían su centro de operaciones.

Documentación falsa

Para ocultar su identidad a la hora de alquilar los vehículos que utilizaban en sus desplazamientos y pagar las habitaciones de los lugares donde pernoctaban, los integrantes de la banda portaban documentaciones falsas de países como México, Costa Rica, Guatemala y Venezuela.

Parte de la banda pasó por Vitoria en abril, dentro de un plan más amplio para actuar en provincias del norte de España. De hecho, los agentes sorprendieron a algunos miembros del grupo cuando trataban de asaltar dos entidades bancarias de la localidad cántabra de Torrelavega, aunque sólo lograron detener a uno de los integrantes.

La banda volvió a actuar y en Marbella logró hacerse con varias mantas de joyería que contenían valiosas piezas de oro blanco y brillantes.