JOSE LUIS BILBAO
«El que rechaza a uno de fuera es un tarado»
Aparentemente despreocupado y controlador, el diputado general afronta las elecciones convencido de que seguirá mandando
El Correo, ÓSCAR CUBILLO, 18-05-2007
José Luis Bilbao (Bilbao, 1957) se mueve con el viento. Por ahora, siempre ha soplado a su favor. Si alguna racha le azota en contra se tuerce como un junco hasta que recupera su postura natural: en ascenso. Seguramente despreocupado, quizá algo vago (lo justo para esquivar el estrés), fijo que controlador del entorno y firmemente convencido de que seguirá otra legislatura en el machito, Bilbao, al que tantos rivales y conocidos acusan de prepotente, malvado, soberbio y distante, se muestra cercano en este interrogatorio obligado por la coyuntura electoral. Es que el diputado general es un ‘aparatchik’ y a él, lo que le pida el partido.
– ¿Por qué le gusta pescar?
– Empecé con nueve años en Lekeitio. La pesca es un resto atávico del ser humano como depredador.
– ¿Qué opina de la caza?
– No me gusta. Respeto a los cazadores, pero las armas de fuego me ponen muy nervioso. Las carga el diablo. La peor experiencia de mi vida fue la mili.
– ¿Dónde hizo la mili?
– En Infantería de Marina, Policía Naval. Quince meses de los de verdad. Un desastre. Una mierda.
– ¿Presume de sus capturas?
– De alguna. Luego te enseño una foto de un salmón que pesqué en el Cares el año pasado. Casi cuatro kilos. Tardé casi 50 minutos desde que lo clavé hasta sacarlo fuera del agua. Agotador.
– ¿El nacionalismo no es presumir, en este caso de vasco?
– Es más que eso. Es un compromiso. No hay que pensar si otros son más o menos listos. Es un compromiso personal y político de grupo, de mucha gente de la que estamos, pero no es para presumir. Es una opción respetable.
– ¿Puede ser nacionalista vasco un inmigrante rumano o cubano?
– Perfectamente. Si yo fuese a vivir a Escocia sería del Scottish National Party. Seguro. Y si viviera en Galicia, estaría en el BNG.
– ¿Y si los de ahí le rechazan por llegar de fuera?
– Eso no creo que pase en ningún sitio. Si alguien rechaza a uno de fuera o le considera inferior, ese es un tarado.
– ¿Se ha paseado por Florencia con una camiseta del Euskaltel?
– Nunca he ido a Florencia. El que te lo ha chivado no me vio en Florencia, sino en Roma a la entrada de los Museos Vaticanos. Estuve cuatro días el año pasado con mi mujer y sí, iba con un niqui del Euskaltel, ¿pero no era naranja!
– ¿Algunos le tachan de soberbio?
– No lo soy. Yo no grito nunca. Me encantaría tener el gracejo de Azkuna, pero esto no es el cine…
– ¿Su grupo favorito es AC/DC?
– Uno de ellos. AC/DC es el no va más del rock and roll. Estamos con todos los señuelos colocados para ver si los traemos por aquí.
– ¿Sabe que las letras de AC/DC son machistas, sexuales y alardean de la sumisión de la mujer?
– Soy del bachiller francés y no las entiendo. Me gusta la música.
– Mejor hablar euskera que inglés.
– Yo sé euskera. Mis abuelos eran de caserío y hablaban euskera. Mis padres lo perdieron, pues les pilló la guerra con 10 o 12 años, y yo no aprendí en casa. Empecé a los 17 – 18 años y me defiendo bastante bien. Mis tres hijos son euskaldunes absolutos. Uno tiene el EGA y dos estudian Ingeniería industrial en euskera.
– ¿Y dónde van a trabajar? Emigran los licenciados técnicos vascos.
– Las mayores ingenierías están aquí. Idom y Sener son poderosísimas. Los ingenieros de la escuela de San Mamés, empleo van a tener. Si hablan euskera, castellano e inglés, andarán por la vida tranquilamente.
– Se moverán más por el inglés y el castellano que por el euskera.
– Han estudiado en euskera con toda la naturalidad. Además, el lenguaje científico y técnico es muy parecido. Electrónica se dice igual en todos los idiomas y las fórmulas son las mismas.
Chupa de cuero
– Perdone… pero no me creo que guarde una chupa de cuero en el armario.
– Tengo dos. Una viejita, que si tengo 50 años tendrá más de veinte, y una que no he estrenado aunque algún hijo ya me la ha cogido. Me la regaló un amigo camionero de Mañaria que tiene una Harley Davidson. Me regaló una chupa de Harley que pesa mucho.
– O sea que no es formal tipo PNV, un tres cuartos de funcionario.
– No. Tengo un tres cuartos que uso encima del traje en invierno. Como dice el de Mañaria, esa es para ir a misa.
– ¿Usted cree en Dios?
– Ssssí.
– ¿Usted reza?
– No… Poquito.
– ¿No le resulta contradictorio que el PNV vote en Madrid a favor del matrimonio homosexual casi a la vez que Ibarretxe jura su cargo sobre la Biblia?
– En absoluto. Por lo que conozco de la Biblia, algo del Nuevo Testamento, no recuerdo ningún pasaje que hable de los gays.
– ¿En su partido hay gays?
– Sí. Conozco a varios declarados. Algunos buenos amigos.
– ¿Qué opinaría Sabino Arana, cuya foto cuelga en este despacho, sobre las bodas gays?
– Ni idea. Igual no le gustaría, pero no puedes sacar de su tiempo y su entorno a una persona. Por cierto, está colgado ahí porque fue elegido diputado foral. Fue el primer nacionalista que entró en la Diputación, en 1900 y poco. Sabino era un hombre de su tiempo y para su época era un revolucionario, un moderno y un visionario. Tampoco hoy el Partido Socialista es Pablo Iglesias. Según sus textos, habría que matar a los empresarios, y tampoco es eso, ¿no?
– ¿Si resucitara Sabino Arana no querría volver a la tumba de tanto rock subvencionado, fiestas de los pueblos con drag – queens, chicas borrachas en la calle y tantos inmigrantes, claro?
– No creo que diría nada por la inmigración. Sobre los chavales borrachos en la calle, sí que diría, como también lo digo yo y cualquier persona sensata. Y respecto al rock and roll, probablemente le gustaría.
El pueblo vasco
– ¿Qué es el pueblo vasco?
– Es difícil de definir. Es una realidad cultural, lingüística, sociológica, territorial… Existe porque hay una voluntad de voluntades individuales y en libertad.
– ¿Qué individuos conforman el pueblo vasco?
– Todos los que lo quieran ser y se sientan identificados. Diría que todos lo que vivimos aquí.
– Por ejemplo, si yo no le voto, sigo siendo vasco.
– Hombre, ¿por supuesto! Decir que sólo es vasco quien vota a una opción nacionalista es integrismo. Yo creo que vascos somos todos lo que vivimos aquí.
– ¿Qué es lo que le gusta de mandar? ¿Cuál es la erótica del poder?
– A mí no me gusta eso de que te miren por la calle, pero de vez en cuando tienes una satisfacción cuando ves que eres capaz de hacer algo por otros. Como el plan para salvar el tejido industrial o aumentar en cuatro años el 85% del gasto social.
– ¿Cuál es su ambición política?
– No estoy aquí por carrera política. Primero, es una apuesta personal. Llevo 31 años afiliado al partido. Entonces era ilegal, por cierto. Aquí no había ni puestos, ni coches oficiales. Y, segundo, es un compromiso que te lleva a formar parte de ese colectivo que te va asignando responsabilidades. Yo estoy muy honrado de que mi formación política me haya dado esta responsabilidad, pero no tengo ninguna aspiración, de verdad.
– ¿Usted nunca ha trabajado al margen del partido?
– Eso no es cierto. Al volver de la mili empecé a trabajar en Mercabilbao, vendiendo fruta y verdura. Me levantaba a las 4.30 de la mañana. A las 5.15 estábamos en el mercado y levantábamos la persiana a las 6. Acabábamos la venta a la 1 y cerrábamos las cuentas. Y tres tardes a la semana debía ir a descargar camiones. Estuve bastante tiempo hasta que me casé.
– ¿Le gusta madrugar?
– No. El peor momento del día es cuando suena el despertador. Ese invento debería estar ilegalizado.
– Según estudios forales, usted era desconocido hasta que escribió la carta sobre el Athletic.
– El grado de conocimiento va subiendo. Y la carta del Athletic la escribí una mañana en dos ratitos y la mandé sin más. Por cierto, todo lo que escribí está vigente al 100%.
– ¿Desería presidir el Athletic?
– Noo… Calla, calla. Soy socio. Para ser presidente hay que tener disponibilidad de tiempo. Y ganas.
– ¿Le gustaría ser lehendakari?
– El lehendakari Ibarretxe y yo nos conocemos desde que estudiábamos en la misma clase en Sarriko. Le tengo mucho cariño y aprecio, pero no envidio su vida. Por ejemplo, luego podemos salir a tomar un café o un mosto, y eso el lehendakari lo tiene complicado. Y un sábado no puede ni comprar el pan ni ir al cine.
El gran atasco
– Usted proclama que se debe invertir más en personas y menos en hormigón. Algunos reclaman que que si invirtiera en hormigón habría menos atascos.
– Antes te decía que en cuatro años hemos incrementado el 85% el gasto social. Pero no dejaremos de hacer carreteras. Los atascos no se van a acabar nunca. Mientras todos queramos ir a la misma hora al mismo sitio, los habrá. Además tenemos un problema serio: un incidente importante en la red de alta capacidad produce un efecto dominó en la toda red de carreteras. Una alternativa es la Supersur. Otra, dar más carriles al Txorierri. Mi esperanza es que en 2010 funcione el metro entre Basauri y Santurtzi y reste gente en la superficie.
– ¿Dónde le pilló el gran atasco?
– En la Avanzada. Salía a las 8.15 de casa.
– Me cuentan que es un cocinillas.
– Perdón, eso de cocinillas… Tengo mano para cocinar, sí. Me gusta comer. Cocino cosas que me gustan. No sé muchos platos, pero me salen bien. Si viene alguien a casa, le preparo cosas ricas.
– ¿Su plato favorito?
– Caracoles. Con salsa vizcaína, ¿eh? En Navidad nunca fallan.
– ¿Qué pasa con el plan antifraude fiscal? Impuestos sólo pagamos los que estamos controlados.
– Yo también estoy entre ellos. Aquí pagamos todos porque en Hacienda hay un ‘cabezón’, un ordenador que cruza datos, desde ventas de pisos y coches hasta de teléfonos móviles.
– ¿Imaz o Egibar?
– Yo he votado a Imaz, al que aprecio y conozco desde hace muchos años. Lo digo sin desmerecer a nadie. Me parece un excelente presidente de mi partido.
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