CINE

Películas que integran

El Mundo, PAULA ZURITA, 18-05-2007

En el Ateneu de Sant Adrià de Besòs se habla de la inmigración a través del cine. Después de ver cómodamente el filme, se debate sobre lo que se ha visto. Los espectadores deben mojarse y dejarse llevar por las impresiones de una historia que, lo más probable, les habrá cambiado la perspectiva El padre de Igor ayuda a inmigrantes a entrar ilegalmente a Bélgica para luego explotarlos. Los siete hijos de un pakistaní inmigrado a Manchester en los 70 luchan por integrarse en una sociedad muy distinta a la de su padre. Pilar y Rosa, dos hermanas mexicanas, intentan salir de la marginalidad como inmigrantes en EEUU.


Aunque ficticias, las tres situaciones anteriores son reales.Se trata de los argumentos de tres películas que hablan sobre inmigración: La promesa (Bélgica, 1996), de los belgas Luc y Jean – Pierre Dardenne; Oriente es Oriente (Gran Bretaña, 1999), de Damien O’Donnell; y Pan y rosas (Gran Bretaña, 2000), de Ken Loach, insertas en el ciclo de Cinema i immigració del Ateneu Adrianenc.


Son relatos sobre inmigrantes tratando de sobrevivir o de integrarse en las nuevas sociedades que han elegido. O ciudadanos que se ven sobrepasados ante la presencia de extranjeros y que no saben cómo acogerlos. O del aprovechamiento que sufren los más débiles en cuestiones laborales o sociales. En todos los casos, películas muy reflexivas sobre una situación muy actual.


De países diferentes, los directores de estas producciones coinciden en el tema que abordan: la inmigración y la diversidad cultural.Desean mostrar una realidad universal que afecta tanto a las personas que buscan nuevas vidas como a los que reciben a los extranjeros.


Y ya que estas historias se repiten inexorablemente en la vida real o en el cine, es necesario analizarlas. Por eso, tres entidades se han reunido para crear un espacio de reflexión y de apoyo a la integración cultural. El Aula Formativa Lingüística de la Associació Amics de la Unesco, el Programa d’Immigració dels Serveis Socials del Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs y el cine club del Ateneu Adrianenc organizan el ciclo, que refuerza la tarea de acogida cultural y lingüística que el Aula Formativa Lingüística realiza con los extranjeros que llegan a Sant Adrià.


Desde abril, los segundos viernes de cada mes, a las 21.00 horas, proyectan una película en el Ateneu Adrianenc (Andreu Vidal, 7) en la que el conflicto sobre inmigración e integración social es el eje. Para Jaume Vallès, secretario de la Associació Amics de la Unesco de Sant Adrià, esta iniciativa «ayuda a preservar los principios de los derechos humanos». Y agrega: «Porque para convivir y respetar los derechos humanos es necesario que nos conozcamos». Saber cómo viven los otros y las razones por las que abandonan sus países de origen son cuestiones a veces desconocidas en las sociedades más pudientes. Por este motivo, Jaume Vallès cree que es indispensable motivar a las personas a que conozcan a los demás, para que, al final de todo, la convivencia sea más grata.


El ciclo, que lleva dos películas proyectadas – se abrió con Crash, de Paul Haggis – , ha partido lentamente con una veintena de espectadores «autóctonos» y tres o cuatro inmigrantes, sobre todo de Marruecos, que hace tiempo que están integrados en la sociedad catalana.«Es una experiencia que ya han vivido, de una o otra forma», explica Vallès acerca de los extranjeros que acuden a ver las películas. La idea es que el ciclo de cine gratuito vaya llenando cada vez más las 150 butacas del Ateneu Adrianenc.


Después de la proyección de las películas deviene una conversación y análisis a cargo de Sandra Pardo, responsable del Programa d’Immigració. Es el momento de discutir, reflexionar, hacer preguntas y opinar sobre los hechos expuestos. «Después de ver las películas, la mayoría entendemos el problema de las personas que vienen y entendemos por qué vienen y las dificultades que tienen los extranjeros para integrarse a la sociedad civil catalana», describe Vallès las tertulias.


«Más que un cine para los inmigrantes, es para que los autóctonos se den cuenta de las experiencias que han vivido los extranjeros para llegar a lugares más prósperos», comenta, y añade: «Es enriquecedor para las personas de aquí, que no han visto otras realidades, descubrir a través de la ficción lo que sucede con los inmigrantes cuando llegan a países tan diferentes culturalmente».


El ciclo Cinema i immigració comenzó con la proyección de Crash y el pasado viernes le tocó el turno a In this world, de Michael Winterbottom. En el próximo pase, el 8 de junio, se proyectará La promesa (Bélgica, 1996), de Luc y Jean – Pierre Dardenne. Cuenta la historia de un joven belga que se debate entre su padre déspota y la situación de los inmigrantes a los que ve sufrir. Ésta es la última proyección antes de la pausa estival. Las sesiones se reanudarán el 14 de septiembre con Oriente es Oriente de Damien O’Donnell; Pan y rosas de Ken Loach, el 19 de octubre; De todo corazón de Robert Guédiguian (Francia, 1998), el 9 de noviembre, y, para finalizar este 2007, Salam Bombay de Mira Nair (EEUU, 1988), el día 14 de diciembre.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)