La inmigración que nos viene

Deia, , 16-05-2007

El temprano y numeroso arribo de inmigrantes a Canarias en unos pocos días es sólo un avance de la masiva llegada que se espera para los próximos meses. Una parte de ellos recalará, probablemente, en ciudades de Euskadi.

Uno de cada tres ciudadanos de Baleares opina que los inmigrantes ilegales deben ser devueltos a sus países de origen sin ningún tipo de demora, y sólo una minoría considera imprescindible colaborar en el desarrollo de sus países para disminuir o erradicar la inmigración ilegal. Estos datos, por sí solos, hablan de la trascendencia que está alcanzando en el Estado español la llegada masiva de subsaharianos y el impacto social que está provocando. En Euskadi aún es reducido el número de inmigrantes llegados a nuestra tierra, pero la progresión es inevitable y ya comienzan a sentirse los primeros signos de preocupación social. En los últimos cinco días han arribado a las costas de Canarias 1.150 personas sin papeles, y se espera que el número se multiplique en los próximos meses. Una parte de ellas terminará viviendo, probablemente, en nuestras ciudades. SOS Racismo y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado ya han pedido a las administraciones que estén preparadas para una adecuada acogida a todos esos inmigrantes, alegando que, tras la experiencia del año pasado, no hay excusas para la improvisación o la falta de medios. Se da la circunstancia, además, de que, ante el incremento en los controles fronterizos, no se ha reducido el número de sin papeles, pero sí se ha constatado que llegan en peores condiciones. No es difícil concluir que el problema no se soluciona con el endurecimiento de las condiciones de entrada. La situación en los países de origen es lo suficientemente paupérrima para que los nativos busquen el confort y la calidad de vida existentes en Europa. Cada uno de ellos, además, ayudará a solucionar la pobreza de sus familias enviándoles buena parte de los ahorros generados con su trabajo. Es una actitud humana de supervivencia que se debe comprender para no caer en posicionamientos egoístas que puedan derivar en actitudes racistas o xenófobas. Los ciudadanos vascos debemos estar preparados para recibir este contingente humano como ya lo hicieron con anterioridad otros países europeos. Las administraciones todas, desde las locales hasta el Gobierno vasco, los medios de comunicación, las escuelas.., todos estamos obligados a hacer un esfuerzo para comunicar y educar a la población en parámetros de respeto y comprensión hacia los que llegan de fuera. No es de recibo la postura mantenida por ciertos sectores de la derecha española de expulsar, marginar y fomentar el rechazo a los inmigrantes que no tienen posesiones ni poder adquisitivo. Euskadi tiene el nivel económico suficiente para repartir sus bienes con aquellos que están condenados a la pobreza más lacerante. Y la sociedad vasca debe estar preparada para acoger con los brazos abiertos a quienes alcanzan nuestro país buscando la protección de nuestra solidaridad.

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