EDITORIAL
La inmigración que aquí no se debate
La retirada del "General Invierno" hace que se haya reproducido la llegada de inmigrantes africanos, que se juegan la vida por salir de su situación. A diferencia de Francia, la campaña silencia aquí este problema social.
Diario de Navarra, , 16-05-2007MIENTRAS avanza la campaña electoral, llegan riadas de inmigrantes a Canarias. Un millar se ha jugado la vida en las últimas setenta y dos horas, a través de la llamada “ruta marroquí”. Nos aproximamos ya al 10% de población inmigrante, cota ya alcanzada en los “grandes” de la UE: Reino Unido, Francia y Alemania. Allí el problema ocupa – con matices y diferencias propias – un lugar central en el debate.
En la reciente campaña electoral francesa, para Sarkozy – hijo de inmigrante húngaro – y Royal este asunto fue eje notorio de sus intervenciones. Aquí, sólo se aborda de modo confuso, de refilón y con vergüenza, aunque en Cataluña se ha abierto el debate sobre la seguridad y la llegada de extranjeros. Las críticas a la Generalitat por los modos de los Mossos d"Esquadra han venido a coincidir con el dato de que Cataluña se ha convertido en el principal ámbito de reclutamiento de yihadistas en toda Europa. Sería bueno mirar más allá de los Pirineos y aprender. Francia, pionera obligada en la recepción de foráneos hace medio siglo,ve con horror que hasta los nietos de los “pieds noirs”, los norafricanos llegados tras la descolonización de Argelia, protestan violentamente contra la sociedad, porque se sienten marginados, dicen ignorar su verdadera identidad y no ven perspectiva a su indefinición vital.
Nuestros millones de inmigrantes presentan un abanico variado. Unos, con raíces culturales comunes, se integran pronto y otros, no, con efectos indeseables. Pero nadie habla de la cuestión, más bien la evitan. En todo caso, las alusiones, sensibleras e inútiles, se limitan a la dramática afluencia a costas lejanas. Nadie parece pensar en cómo paliar y resolver los problemas que en ciudades y comunidades generan estos flujos, por otra parte benéficos en tantos sentidos.
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