LA RIOJA

La Audiencia ordena buscar a la mujer que denunció a un rumano por violarla

El tribunal aplazó el juicio después de que una testigo, amiga íntima de la víctima en Rumanía, dijera ayer que vive en Castellón y que trabaja en un club

El Correo, J. L. D., 16-05-2007

El tribunal de la Audiencia Provincial ha suspendido hasta nueva fecha el juicio que se sigue contra un joven rumano acusado de tráfico ilegal de inmigrantes, violación e inducción a la prostitución, después de que una íntima amiga de la víctima, con la que compartía piso en Rumanía, declarase ayer que «reside en Castellón y que trabaja en un club de alterne», circunstancia que conoció a través de un primo suyo que reside en el mismo edificio que ella.

La Sala, que hasta ayer ignoraba el actual paradero, considera trascendental su testimonio en sede judicial, sobre todo tras conocer los testimonios que ayer ofrecieron los testigos propuestos por la defensa. Por todo ello la Audiencia se ha dado un mes de plazo para intentar localizarla y reanudar la vista.

Esta amiga de la víctima, que a su vez es cuñada del procesado, relató que ambos se conocieron precisamente en su casa. «Desde el primer momento se sintió atraída por él, hasta el punto de que entablaron una relación íntima», dijo la testigo. Sabía además que el acusado tenía novia en España, algo que no pareció importarle de cara a una futura relación, y «estaba dispuesta a viajar a España para trabajar en lo que fuera», recalcó la testigo, quien llegó a Logroño hace diez días para testificar en el juicio.

Otra de las personas que declaró en la sesión de ayer fue el encargado del club, considerado como el hombre de confianza de todas las chicas. Fue él quien asignó a la mujer rumana una habitación para corta estancia, «pues tenía previsto alquilar un piso». Aseguró, entre otras cosas, que un día antes de que la denunciante abandonara el club con un bolso de mano la encontró «tristona», y que al preguntarle el motivo de ello le respondió que obedecía a «problemas familiares». En cualquier caso, precisó este testigo que si hubiera estado obligada a ejercer la prostitución «me hubiera enterado», algo que descartó porque «se le veía muy contenta trabajando». También descartó que hubiera sido violada en el aparcamiento del club, como ella misma asegura, puesto que es él quien controla y vigila especialmente este parking para evitar posibles robos en los vehículos. «Además, de haber sido así lo hubiera detectado un perro que permanece en el exterior del local», explicó.

La dueña del club en el que trabajaba la víctima calificó de «impensable» que todo lo que denunció la mujer ocurriera en su «oficina». Y es que «las chicas y los trabajadores formamos una gran familia» en la que no existen secretos, dijo. Difícilmente pudo estar retenida, recalcó la mujer, «cuando las chicas entran y salen cuando les da la gana; disponen de tres teléfonos para efectuar sus llamadas y tienen las llaves de sus respectivas habitaciones y armarios como si se tratara de un hospedaje por el que abonan 25 euros al día, incluida la comida».

Finalmente, una mujer que trabaja en un bar rumano de Calahorra aseguró haber servido aquellos días al acusado y a dos mujeres que venían con él. «Me contaron que habían viajado toda la noche en coche y, desde luego, sus rostros no denotaban el menor síntoma de preocupación».

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