CON la llegada del buen tiempo, vuelve a llenarse el mar de embarcaciones con inmigrantes que pretenden llegar de forma irregular a las costas españolas. Un fenómeno que afecta también a Italia. En cuatro días, cerca de un millar de personas, en su mayoría subsaharianos, han llegado a Canarias, mientras que otros lo hacen desde Marruecos a la costa granadina.

Organizadas por mafias establecidas en Mauritania, Senegal y Marruecos, estas embarcaciones en las que viajan algunos menores han burlado el control de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) y de los efectivos españoles que operan en Dakar y Mauritania. Aunque merced a los acuerdos establecidos con las autoridades de estos países se ha logrado reducir a casi una tercera parte la llegada de inmigrantes, lo cierto es que estas oleadas forman parte de la lógica si se considera el atractivo del mundo rico y la dificultad de establecer un sistema de control efectivo en toda la costa africana.

Estas oleadas han coincidido además con la campaña a las elecciones municipales y autonómicas en España, lo que se ha aprovechado en el PP y Coalición Canaria para lanzar acusaciones de imprevisión e ineficacia al Gobierno. Este, a su vez, ha recordado que la ley y los acuerdos con los países del norte de África le facultan para repatriar a los inmigrantes indocumentados. Por otra parte, la Comisión Europea propondrá mañana una directiva para sancionar a los empresarios que contraten a trabajadores ilegales. Sin embargo, el Gobierno debe presionar a la Comisión Europea para que los países implicados en la agencia Frontex cumplan sus compromisos. Especialmente ahora que ha llegado el buen tiempo.