MÁLAGA
«Leticia vino a España para sacar adelante a sus dos hijos»
Dejó Bolivia en busca de una oportunidad económica. Los amigos de la joven fallecida en Estepona la recuerdan como una mujer «luchadora, tranquila y buena persona»
Diario Sur, , 15-05-2007LA tragedia truncó sus planes de futuro. Quería volver a su país natal, Bolivia. Reencontrarse después de dos años con sus pequeños. Volver a España. Regularizar su situación en el país y seguir trabajando para mandar dinero a sus hijos… Los proyectos de la joven Leticia Trujillo se cortaron en seco el pasado domingo cuando, por causas que aún se están investigando, cayó de un quinto piso, en Estepona.
Su historia guarda todos los ingredientes de la cara más amarga de la inmigración. Leticia dejó Santa Cruz de la Sierra hace dos años. Trabajaba de enfermera en un hospital, pero su sueldo apenas superaba los 2.500 bolivianos (200 euros); una cantidad insuficiente para hacer frente al alquiler de la casa donde vivía con su marido y proporcionar alimentos y una educación a sus pequeños.
«Vino a España para trabajar y sacar adelante a sus dos hijos; su único propósito era mandar dinero a Bolivia», recuerda entre lágrimas su amiga Pabla Rojas, quien precisamente la animó a emprender esta aventura en territorio español. Sus palabras se entrecortan cuando se le pregunta cómo era su amiga: «Luchadora, tranquila, trabajadora, muy buena persona… como mi hermana».
Huérfana
La vida le proporcionó a Leticia el primer revés a los 15 años. Su madre fallece y al poco tiempo muere su padre. Comienza entonces una relación con el que hasta ahora era su marido, uno de los dos detenido tras su muerte. Cuando empiezan las dificultades económicas deciden emprender una nueva vida en España.
La andadura aquí no fue un camino de rosas. Ambos vivían y trabajaban durante la semana como internos en una casa de San Pedro Alcántara, donde cobraban un sueldo que no superaba los 600 euros. Más de la mitad de ellos lo mandaban todos los meses para sus hijos.
La rutina diaria se rompía el fin de semana. Los sábados y domingos se iban a vivir la casa del hermano de la víctima, ubicada en el complejo Sierra Estepona, donde falleció la joven. Allí compartían piso con media docena de compatriotas, algunos de ellos también en situación irregular en España.
En dos años, Leticia formó una nueva familia en Estepona: Claudia, María y Raúl eran, además de compatriotas, amigos. «Quedábamos para tomar café y charlar, y salíamos de fiesta los fines de semana», rememoran entre lágrimas, mientras sostienen una foto de la fallecida.
Reservada
Quienes la conocían a ella y a su marido no encuentran una explicación a lo sucedido. «No sé si tenía problemas con su esposo. No me comentó nada. Nunca notabas si estaba de mal humor o si le pasaba algo, porque no lo expresaba; siempre sacaba su cara más alegre», agrega Pabla, que desconoce si Leticia mantenía una relación sentimental con otro hombre. «Cuando la gente te ve con alguien ya piensa que mantienes una relación sentimental con él», justifica.
Los esfuerzos de sus compatriotas se centran ahora en conseguir repatriar el cadáver de Leticia hasta su ciudad natal. «Queremos que se entierre en nuestro país y que tenga cristiana sepultura; hasta ahora no tenemos información de dónde está el cadáver, porque no somos familiares directos», explica Raúl Arnez.
El objetivo no será fácil. Sus recursos económicos son escasos y tendrán que reunir casi 6.000 euros para hacer frente a estos gastos. Por ello, realizan un llamamiento a la colaboración vecinal. Los interesados pueden ponerse en contacto en el 686 638 294 con una amiga de la víctima.
Un representante de la embajada de Bolivia visitará hoy Madrid para ayudar en los trámites necesarios para que Leticia descanse para siempre en Santa Cruz de la Sierra.
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