Joaquín Leguina _ Diputado del PSOE por Madrid

En torno a políticas como las de vivienda, seguridad ciudadana, salud… entra en el debate el fenómeno migratorio, ese diez por ciento de extranjeros que viven entre nosotros. ¿Pero son demasiados o son todavía pocos? Hay opiniones para todos los gustos. Así, en una encuesta reciente hecha en la Comunidad de Madrid, el 60 por ciento de los nacidos en España consideraba que los extranjeros eran ya demasiados, mas el porcentaje subía al 80 por ciento cuando a la pregunta contestaban los propios inmigrantes.

Aunque pudiera parecerlo, no estamos ante una paradoja, sino ante una realidad social evidente: son los propios inmigrantes quienes más miedo tienen a una saturación que compita con ellos en el terreno laboral.

Conviene saber que las respuestas xenófobas al fenómeno migratorio se producen, sobre todo, en las zonas de «rozamiento», es decir, allí donde existe una convivencia, a menudo, competitiva. No en los barrios altos de las ciudades, sino en los bajos. Allí donde el inmigrante convive con el nativo a la hora de encontrar una plaza para sus niños en una guardería pública o a la hora de ponerse en la cola en un centro de salud. A la hora, en fin, de pagar la limpieza de la escalera común.

El voto por el Frente Nacional de Le Pen en Francia no se nutre de los que viven en el exclusivo Distrito VII parisino, sino mucho más de los que viven en otros lugares. Por ejemplo, en aquellos en los que antaño ganaban las elecciones los comunistas.