El millón que no vota
El Periodico, , 14-05-2007Desde las últimas elecciones municipales, el número de inmigrantes se ha doblado. De siete millones de catalanes, un millón son inmigrantes. Y aunque no pueden votar, van a estar en la campaña. En el 2003 ya hubo plataformas extremas que publicitaron el binomio inmigración – problemas. Ahora el candidato del PP a la alcaldía de Badalona, Garcia Albiol, explota un conflicto con gitanos rumanos. El sábado, Piqué, un moderado, alertó en Salt (40% de inmigrantes) contra imanes y mezquitas clandestinas. Y ayer en Canarias Rajoy se revolvió contra el lema papeles para todos.
Pero también existe el binomio inmigración – prosperidad. La inmigración no solo huye de la pobreza. En Catalunya hemos vivido años de fuerte crecimiento y de descenso del paro. Y suerte hemos tenido de los inmigrantes, que han ocupado más de la mitad de los nuevos empleos. Los economistas dicen que buena parte del crecimiento se debe a la inmigración. Los empresarios insisten en que precisan más mano de obra. Y los sindicatos son más reservados porque temen que la inmigración frene los salarios.
El socialista Rocard acuñó una frase: “Francia no puede acoger toda la miseria del mundo”. Lo razonable es, pues, fomentar la inmigración necesaria e impedir la ilegal. Eso es más fácil de predicar que de ejecutar. Duran Lleida exige que solo vengan “los que quepan”. Pero en los últimos años se han necesitado más inmigrantes de los que se creía que cabían. Los ciudadanos no compran simplismo. Así vemos que en Canarias, invadida de cayucos, el PSOE es el partido con más intención de voto. Pese a que su candidato, un exministro, ha tenido que pedir disculpas por algo tan grotesco como plagiar su programa electoral.
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