Canarias recibió este fin de semana la mayor oleada de inmigrantes en lo que va de año. En cayucos o barcas neumáticas, los subsaharianos detenidos sobrepasaron el medio millar, a los que hay que añadir los muchos que huyeron de la policía. Los últimos en llegar fueron 140 subsaharianos que, repartidos en dos embarcaciones, arribaron al puerto gran canario de Arguineguín y en el de Motril (Granada).
Cuatro de los inmigrantes del cayuco remolcado a Gran Canaria tuvieron que recibir asistencia médica en el centro de salud de Maspalomas. Según los sanitarios, estas personas presentaban hipotermia, un traumatismo en una muñeca, dolor abdominal y taquicardia, respectivamente. En este grupo había, además, dos menores de edad.

Además, Salvamento Marítimo interceptó ayer a una patera con 70 inmigrantes a bordo cuando navegaba frente a las costas granadinas. Una lancha remolcó la embarcación hasta el puerto de Motril.

Una vez en puerto, los inmigrantes, todos de origen subsahariano y entre los que había dos mujeres, un menor y un bebé, recibieron la asistencia de Cruz Roja, antes de proceder a su identificación y traslado hasta un centro de internamiento, a la espera de su repatriación.

A estos dos grupos, se suman los cerca de 430 llegados en el fin de semana, que viajaban en 12 embarcaciones que arribaron a puertos de Tenerife, Gran Canarias y Lanzarote.

De esta manera, los ilegales capturados en las costas españolas superan las 500 personas. Esta llegada masiva de inmigrantes comenzó a abarrotar las dependencias habilitadas para su acogida, previa a la repatriación a sus países de origen.

Además, un helicóptero del SAR avistó ayer por la tarde un cayuco a 90 millas al suroeste del puerto tinerfeño de Los Cristianos con un centenar de inmigrantes a bordo, entre los que había al menos tres menores.