Imma Mayol – – la noia de matinada del poema que Joan Margarit usó ayer para presentarla – – se mostró convencida de que es la candidata con más capacidad para estar cerca de los problemas de la gente. “Sin prepotencia pero con ambición”, aseguró que está preparada para afrontar los retos de la capital catalana y entre ellos, uno de los principales, la inmigración. Por eso no es casualidad que el título que escogiese para su conferencia en Tribuna fuese Una Barcelona de acogida y de convivencia.
Mayol se comprometió a trabajar para que las políticas de inmigración se consensúen con el resto de partidos, a pesar de reconocer que con el PP no será fácil. En este punto aprovechó para expresar la “repugnancia” que le provoca el DVD que los populares han difundido en Badalona. La candidata ecosocialista apeló a la responsabilidad de los dirigentes políticos porque aunque existan discrepancias “hay que saber estar a la altura” y pronosticó que las decisiones que se tomen ahora condicionarán la Barcelona de los próximos 30 años.

LA RESPUESTA DE BCN
Mayol esgrimió un conjunto de cifras que ilustran cómo en la última década ha cambiado la geografía humana de Barcelona. Por ejemplo, en el año 1999, el porcentaje de personas inmigrantes empadronadas en la ciudad era del 2,7% mientras que el año pasado ya representaban el 16%. Son porcentajes que, tal y como reconoció Mayol, han hecho aflorar los déficits de la sociedad del bienestar pero al mismo tiempo son la prueba de que la ciudad ha sabido responder “muy dignamente” al reto que supone este incremento tan considerable.
Para Mayol, una de las cosas que ha hecho bien el ayuntamiento es la de empadronar a los inmigrantes porque sirve para que ellos “se sientan ciudadanos” y para que la Administración pueda planificar los servicios. Y, seguramente en respuesta a las críticas que recibe ICV – EUiA por su actitud respecto a la inmigración, la ecosocialista se mostró contundente y aseguró que hay que combatir la “leyenda urbana” que afirma que los extranjeros disfrutan de un trato de favor en los servicios sociales en detrimento de la población autóctona.

Pasa a la página siguiente