LA RIOJA
El lunes se inicia el juicio contra un rumano acusado de violar y prostituir a una compatriota
La denuncia se dirige también contra su novia, que era a quien la víctima entregaba el dinero que obtenía en el club
El Correo, , 12-05-2007El lunes comienza en la Audiencia Provincial el juicio contra un ciudadano rumano al que la acusación pública imputa la violación y prostitución de una compatriota, así como un delito de promoción del tráfico ilegal o inmigración clandestina de personas, hechos por los que solicita una condena global de dieciocho años y medio de cárcel. El procesado, según recoge el escrito de la Fiscalía, le ofreció venir a España bajo el señuelo de trabajar en el sector de la hostelería o como empleada de hogar.
La acusación se dirige, además, contra la novia del procesado, por un delito relativo a la prostitución, y reclama para ella una pena de tres años y tres meses de prisión y una multa de 1.800 euros.
Los hechos que juzgará el tribunal de la Audiencia durante las jornadas del lunes y el martes se remontan a octubre de 2005. El principal imputado conoció a su víctima en la ciudad rumana de Tirgoviste y le propuso trasladarse a España para trabajar. Un planteamiento que aceptó sin más miramientos la joven, confiada en la veracidad de la propuesta y acuciada por la necesidad de ahorrar para poder costear la operación de su hija de ocho años, que sufría un problema en la vista.
Pocos días después la joven inició el viaje a España en compañía del procesado, con quien cruzó la frontera española el 29 de octubre de 2005 tras recorrer Hungría, Austria y Francia.
Desde el primer momento le advirtió de que debía obedecer sus órdenes, entre otras razones porque tenía que devolverle el dinero del viaje. Y para asegurarse de ello le quitó el pasaporte.
Una vez en España el procesado contactó con su novia, también de procedencia rumana, y todos juntos se desplazaron hasta el Club Rioja, ubicado en la localidad de Rincón de Soto. Mientras que la novia se adelantó para hacer gestiones relacionadas con la instalación de ambas en la misma habitación del club, el principal procesado llevó a la joven hasta un descampado donde, tras golpearla y amedrentarla con un cuchillo, le obligó a mantener relaciones sexuales.
Desde aquel mismo día comenzó a ejercer la prostitución bajo la amenaza del procesado y el control de su novia, siendo ésta quien supervisaba permanentemente el número de clientes que atendía y el dinero obtenido, que posteriormente entregaba a su novio.
La víctima, a la que el acusado retiró el móvil por sorprenderla hablando con Rumanía, consiguió huir del local quince días más tarde gracias a la ayuda de terceras personas.
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