Concentración contra el comercio chino en la Dreta de l´Eixample
La Vanguardia, , 09-05-2007LLUÍS SIERRA – BARCELONA
El cierre de una carnicería tradicional ha dado pie a la protesta, que se presenta en defensa del “comercio de proximidad”
La convocatoria de una concentración “en defensa de un comercio de barrio” y como “protesta por la desmedida concentración china” ha vuelto a disparar la alerta ante la xenofobia en la zona de la Dreta de l´Eixample y Fort Pienc que algunos vienen a llamar Chinatown. La organización SOS Racisme quiere frenar la protesta. El motivo inmediato de ésta es que la carnicería Amor, de la calle Roger de Flor, va a cerrar porque se le ha encarecido mucho el alquiler, y el propietario va a alquilar el local a un inquilino chino que, según corre por el barrio, piensa abrir una autoescuela.
SOS Racisme ve “motivos xenófobos” en la convocatoria, que “fomenta el racismo”. Esta ONG no descarta medidas legales contra los convocantes.
En el barrio no se hablaba mucho del asunto ayer por la mañana. Pero a 70 metros de la carnicería se producía un distendido debate. Josep Lluís S. calificaba de “gilipollez” la protesta. “Los chinos – decía- son personas que vienen aquí, trabajan, pagan sus impuestos y se portan bien; hay más problemas con los moros y los pakistaníes”.
Le replicaba P. afirmando de entrada “yo estaré en la concentración”, y argumentaba que “no se tenía que permitir que en diez años se haya transformado así el barrio, que es más cutre, con tiendas almacén simplonas. No puede ser que, de repente, en un barrio la mitad de los comercios sean chinos”.
Y terciaba D.: “El problema no es el chino, es el propietario del local y la puta especulación”.
En la persiana gris de la carnicería desde hace unos días hay una pintada: “No Ghetto chino. Comerç pel barri”. La Associació de Veins per un Eixample Sostenible, que ha hecho la convocatoria de concentración y cacerolada para mañana, cree que esa pintada es “fruto del malestar que vive el barrio”, pero “no la comparte” según se han preocupado de dejar explícito en un comunicado que se leerá con motivo de la cacerolada. En el largo comunicado no aparece la palabra chino,ni china (que sí aparece en el cartel de la convocatoria). El documento se extiende en la defensa del “comercio de proximidad” que el barrio pierde desde hace años. “Ahora cierra una carnicería de toda la vida, la única que quedaba en el barrio”. El titular de la carnicería se trasladará a un puesto en el centro comercial Gran Via.
La asociación afirma que la moratoria (suspensión de licencias) aprobada el pasado marzo y que tiene una duración de un año" es insuficiente. Esta moratoria afecta, en todo el barrio, a bazares y almacenes de distribución al por mayor.
Anoche tenían que reunirse representantes de Eixample Sostenible y de SOS Racisme. La principal e inmediata intención de la ONG era conseguir la desconvocatoria de la concentración. “No desconvocaremos – afirmaba una portavoz de los convocantes-. Sería ceder”. Y negaba el racismo: los culpables son los propietarios que piden alquileres tan altos". En el caso de la carnicería, el aumento es considerable: piden 2.600 euros al mes, más del doble del alquiler actual.
La Federació d´Associacions de Veins de Barcelona coincide con SOS Racisme al desaprobar la protesta por “xenofobia inaceptable”.
En el barrio, salvo excepciones, comerciantes (autóctonos y chinos) y vecinos prefieren ser discretos cuando se les pregunta sobre la convocatoria de la cacerolada. Expresiones como “no estoy a favor ni en contra”, “no quiero líos”, “no me interesa” o “hay muchos chinos, pero a mí no me ponga” se repiten. Un cliente chino de un comercio chino no tiene problema en dar una frase: “Lo entiendo, pero es injusto”.
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