Otra patera con al menos 31 inmigrantes procedente de Argelia alcanzó la costa mallorquina ayer de madrugada. Es la cuarta embarcación de este tipo que llega al archipiélago balear en los últimos meses, por lo que las autoridades empiezan a temer por la posible consolidación de una nueva ruta para las barcas clandestinas.
Antes de que despuntara el día, la patera, que en realidad era un barcaza de pesca, se aproximó al litoral mallorquín por una zona virgen, el parque natural de Cala Mondragó. La barca, de entre 12 y 14 metros de eslora y 4 de manga, siguió con los motores encendidos y a la deriva, sin nadie a bordo, hasta que fue localizada por un helicóptero de la Guardia Civil sobre las once de la mañana. Una vez en tierra, los inmigrantes se dispersaron. Sus andanzas no pasaron desapercibidas a los vecinos, especialmente a una comerciante, que dio la primera alerta a la policía al ver sus ropas mojadas y su aspecto un tanto desaliñado tras la larga travesía de 350 kilómetros.

VALENCIA COMO DESTINO
Un grupo de 13 sin papeles se adentraron en Portopetro, un núcleo del municipio de Santanyí y situado a unos tres kilómetros del punto de llegada. Compraron leche y algún alimento en el súper y preguntaron cómo ir a Palma y tomar un barco hacia Valencia. Fueron detenidos de inmediato. Otros cuatro fueron localizados y también arrestados en Santanyí. El grupo más numeroso, integrado por 14 personas, fue interceptado en Palma. Habían ido hasta allí en taxi y merodeaban por la estación marítima y la zona del puerto con la intención de ir a Valencia.
Los 31 inmigrantes llegaron en buen estado de salud, solo uno fue atendido por una herida leve en un pie. Según fuentes de la Delegación del Gobierno, se iniciará el proceso de repatriación, pero mientras, los inmigrantes podrían ser trasladados a Barcelona o Valencia, ya que las islas no tienen centros especializados.

DESDE OCTUBRE
Con esta, son ya cuatro las barcazas que alcanzan las Baleares en los últimos meses. El 1 de octubre se avistó una vacía en Menorca. El 1 de enero llegó otra a Portocolom, en el sureste de Mallorca, con nueve personas. La penúltima quedó encallada a 400 metros de Cap Salines el jueves pasado y, aunque varios testigos aseguraron a la policía haber visto a tres o cuatro personas, no se dio con nadie.
“Por nuestras condiciones territoriales no es posible que sea un fe –
nómeno generalizable en las Baleares”, comentó el presidente del Govern, Jaume Matas, quien expresó “preocupación” por lo que puede “ocurrir en otras partes con más presión”. Su Ejecutivo ya ha enviado una carta pidiendo medios a la Secretaría de Inmigración. Por ahora, la Delegación del Gobierno asegura que ha reforzado la vigilancia.