La Feria de Abril disfruta de su edición más latinoamericana

# • Los locales con productos y música latina logran gran afluencia de público. • Los organizadores creen que los suramericanos remozarán la cita

El Periodico, , 29-04-2007

DAVID PLACER
BARCELONA

El reaggeton, la salsa, y la caipiriña se asomaron con contundencia a la nueva edición de la tradicional Feria de Abril. No fue una aparición tímida: la música latinoamericana llenó las carpas de Fedelatina, El Rincón Latino y hasta la del PSUC Viu, que toca ritmos caribeños.
Otros locales con bebidas de la región atrajeron a los inmigrantes y a algunas mujeres vestidas de faralaes, que decidieron variar el son. “Tenemos que incorporar a la nueva inmigración para que renueve la feria”, explicó Francisco García Prieto, organizador del encuentro.
Fedelatina, una federación de entidades latinoamericanas, se estrenó con grupos folclóricos, orquestas de salsa y mariachis, cuyas canciones fueron cantadas a rabiar por andaluces que no perdían detalle de la letra. La salsa también tuvo presencia en varias casetas de hermandades.
“Hace años nos dimos cuenta de que el latinoamericano asistía a la Feria de Abril. Muchos países de la región tienen gran tradición en estas fiestas”, dijo Javier García Bonomi, presidente de Fedelatina. La carpa árabe, que había anunciado la organización, decidió no asistir.

EMPRESAS CAMUFLADAS En esta edición, el área comercial, donde las empresas promovían sus productos, fue eliminada, tras el reconocimiento de que fracasó el año pasado. Para compensar, algunas compañías fueron camufladas discretamente entre mesones y carpas de bebidas.
La esencia andaluza también quedó diluida con la instalación de algunas carpas rompedoras. La empresa SaborBianchi, una multinacional de café, montó un espacio estilo lounge, moderno y de diseño, que dejó perplejo a más de un asistente que no entendía su función.
Los feriantes ocupan más espacio que el año pasado y cuentan con atracciones más sofisticadas: hay un simulador espacial y una montaña rusa con cascadas. Pero la fiesta multitudinaria también reunió, como siempre, a las hermandades rocieras y las asociaciones andaluzas.
Un ejército de políticos fue a la inaguración a estrechar manos, beber fino y comer pescaíto. La medianoche del viernes pilló a Rosa Torres, consejera de Cultura de Andalucía, en una charla distendida con el líder de Ciutadans, Albert Rivera, y Esperanza García, candidata de ese partido a la alcaldía de Barcelona, en una mesa en la carpa de Ciutadans. “Todos tenemos libertad”, respondía la consejera que antes había cenado con Hereu y otros socialistas. Comprensible: los de Ciutadans son más jóvenes y tienen más marcha para acompañar las copas.
De madrugada, policías de paisano y vigilantes jurados intervinieron en más de una ocasión para evitar trifulcas entre jóvenes. Al final de la velada, el problema de siempre: paciencia para coger un taxi.

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