CINE
Las fronteras de la identidad
El Mundo, , 27-04-2007UN ARGENTINO HA EMPRENDIDO UN VIAJE PARA TRATAR DE ENTENDER QUÉ ES ESO DE SER CATALAN. SU AVENTURA, EN FORMA DE ‘ROAD MOVIE’ DE AUTOR, HA QUEDADO REGISTRADA EN EL DOCUMENTAL ‘SOC CATALA, EN ARGENTINA’. ÉL ES FRANCISCO BLANES Y HA VIVIDO EN PRIMERA PERSONA LAS DIFICULTADES DE SER INMIGRANTE Las fronteras son difusas, fragmentarias, aleatorias y un terreno ambiguo para explorar. ¿Qué es ser catalán? ¿Qué es ser argentino? ¿Cómo se busca una identidad? El realizador Francisco Blanes emprende un viaje para intentar contestar a estas preguntas en su documental Sóc català, en Argentina. Cruza varias fronteras y tiende un hilo que conecta los dos países. Como si fuese un Ulises moderno no regresa a su patria, sino que intenta buscar una o fabricarla. Su odisea cinematográfica es una road movie de autor que retrata la identidad catalana con los paisajes argentinos de fondo.
Entre Cataluña y Argentina existen infinidad de vínculos, sólo hay que descubrirlos. El propio himno argentino fue compuesto por un catalán, Blas Parera. Fueron muchos los catalanes que se vieron obligados a cruzar el Atlántico huyendo de la Guerra Civil o la dictadura. El filme de Blanes pretende ser un homenaje a esos emigrantes forzosos: «Es una forma de recuperar la memoria histórica y recordar que hace 50 años Cataluña vivía en una situación de pobreza», afirma. Era la época en la que América era la Itaca de muchos catalanes.
Argentina es un país muy joven, sin historia apenas y donde no gusta recordar, lamenta Blanes. Cuando los argentinos se preguntan entre ellos de dónde descienden una de las respuestas habituales es: «De los barcos».
«A menudo buscamos un origen mítico y nos aferramos a un pasado ideal porque el presente se nos hace abismal», sostiene. El propio Blanes tuvo que descubrir la catalanidad de su apellido y que su tatarabuelo fue un emigrante, aunque en su familia no se sabe nada de él ni los motivos que le empujaron a abandonar Cataluña. El director repite la historia de su antepasado pero del lado opuesto: ahora él es el argentino que emigra a Cataluña.Blanes rastreó sus propios orígenes y recorrió 6.000 kilómetros por las extensas tierras argentinas para intentar hallarlos.En la película se suceden carreteras interminables, rodeadas de paisajes infinitos que sirven como lugar de reflexión acerca de la identidad. «Al final todo acaba reduciéndose a la misma pregunta ontológica, ridícula y absurda: ¿quiénes somos y de dónde venimos?», apunta Francisco Blanes.
¿Qué buscó él en Argentina? Los casales catalanes que aún sobreviven.«Son lugares simbólicos, muy conservadores, que transmiten una imagen oficial de lo que es Cataluña, muy arraigada en los tópicos», explica el realizador. Él mismo perteneció al Casal de Bahía Blanca, su ciudad natal («Vendría a ser la ciudad hermana de Reus», compara).
Blanes se presenta en los diferentes casales con la barretina en la cabeza. «Es un elemento de acercamiento», indica. Además, sirve para aportar un toque de humor.
En su opera prima realiza una interpretación de un tema tan denso y complejo como puede llegar a ser la búsqueda de la identidad en un mundo globalizado. Por eso, ha reducido las 50 horas de material que rodó a 50 minutos montados como si fuese un videoclip.El director considera que su trabajo es un «documental apócrifo, un híbrido». Al ser «muy subjetivo» y aportar su visión personal se sitúa a medio camino entre la realidad y el sueño. Blanes se siente cómodo trabajando en las fronteras, son su territorio preferido. Tal vez, porque le gusta cruzarlas.
En 2000 consiguió una beca para estudiar un Máster en Teoría y Práctica del Documental Creativo en la Universitat Autònoma de Barcelona. Sólo después de vivir durante siete años en España ha logrado el permiso de residencia. En este tiempo ha desempeñado todo tipo de trabajos: servir copas, pegar affiches de discoteca, repartir flyers, vender agua mineral a la salida de los conciertos («antes de que lo hicieran los paquistaníes», señala) o cuidar de un gato en verano, por poner algunos ejemplos.
Aún sobrevive de manera precaria, lo que le da una idea de todas las dificultades y problemas que oprimen a los inmigrantes. Cuando llegó a Barcelona el proceso de adaptación fue («y está siendo», matiza) bastante duro. Aún así, se siente como si viviera en «la mejor parte de Buenos Aires, amable, bohemia, libre y con espacios de intercambio», admite. Incluso encuentra parecidos físicios entre algunas calles de Barcelona y otras de Buenos Aires.
La complejidad de la identidad, que no es sólo una e inmutable sino múltiple y variable, se manifiesta en la figura del propio Blanes: «No soy ni de aquí ni de allí», confiesa. «Soy un ser fragmentado», añade.
(Puede haber caducado)