Dos de los subsaharianos que viajaban en el cayuco murieron tras ser socorridos por un barco español Después de que el Gobierno español mantuviera durante horas conversaciones con varios países subsaharianos para el desembarco de los 87 inmigrantes encontrados por un pesquero español el pasado martes en aguas internacionales al sur de Canarias, Senegal aceptó finalmente a estos ciudadanos que se cree pertenecen a este país.

Los inmigrantes fueron rescatados por el pesquero vigués Segundo San Rafael en alta mar, cuando los tripulantes del barco avistaron el cayuco en el que viajaba el grupo de inmigrantes. En principio, eran 89 las personas socorridas, pero durante el viaje en el buque dos de ellos fallecieron. Tras eso, y debido al mal estado en que se encontraba la mayoría, fueron recogidos por el Esperanza del Mar, buque hospital que presta sistencia a los pescadores españoles en alta mar desde donde se prestaron primeros auxilios a los inmigrantes.

Según fuentes del Ministerio de Exteriores, 25 de estos ciudadanos se encontraban en “diferentes estados que han requerido asistencia sanitaria”. En un principio las autoridades españolas mantuvieron diversas conversaciones con Mauritania para que aceptase a estos ciudadanos en su territorio, pero las autoridades del país rechazaron esta posibilidad sin ni siquiera aportar argumentos, según fuentes destacadas en Mauritania.

El plan de España no pasaba en ningún momento por trasladar a estos inmigrantes hasta Canarias y por ello, las autoridades de nuestro país acordaron con Senegal el desembarco de estas 87 personas, ya que por otra parte se cree que son ciudadanos de este país.

Por otra parte, el director adjunto de la agencia europea para el control de fronteras, Frontex, el español Gil Arias Fernández, denunció ayer con motivo del rescate de estos 87 inmigrantes, que a la hora de afrontar el problema de la inmigración faltan medios y coordinación.

Arias Fernández concretó su denuncia afirmando que aunque los Estados miembros de la UE han ofrecido 116 barcos, 27 helicópteros y 21 aviones, cuando se trata de utilizar esos medios “hay que ponerse de nuevo en contacto con los países propietarios, negociar con ellos las condiciones de uso, por cuanto tiempo y cuanto habrá que pagarles” un proceso que retarda las operaciones de rescate en alta mar con las posibles conse

Críticas de Sos Racismo

Mientras, las autoridades senegalesas han evitado hasta el momento dar detalles sobre su gestión en el caso de los emigrantes clandestinos. “Hasta este momento no hemos recibido ninguna notificación oficial con respecto al traslado de los emigrantes a Senegal”, dijo un oficial de la marina senegalesa contactado por Efe.

El oficial de la marina senegalesa confirmó que España ha informado a Senegal por vía diplomática sobre la situación de los emigrantes ilegales, pero subrayó que no sabe más que eso y no podía hacer otros comentarios al respecto. Otro alto cargo de los servicios de seguridad, que tampoco quiso ser identificado, dijo que el contacto a nivel diplomático entre ambos países, con vista a un posible traslado de los ocupantes del cayuco a Senegal, fue entablado ana petición presentada por España.

“Un asesoramiento técnico ha sido solicitado por el ministerio de Asuntos Exteriores” senegalés, dijo la misma fuente, que indicó que se había convocado una reunión, esta tarde, para facilitar una respuesta a España. Ningún responsable del ministerio de Exteriores ni del Interior senegalés estuvo disponible para contestar a las preguntas.

Por su lado la Federación de Asociaciones de SOS Racismo en España condenó ayer la gestión del Gobierno en el caso de los inmigrantes rescatados del cayuco.

La organización no gubernamental asegura que el Gobierno antepone la política migratoria a una situación de carácter humanitario y lo acusa de presionar a Mauritania para que se haga cargo de estos inmigrantes. Sos Racismo pide que España se haga responsable de la acogida de estas personas y que sean trasladadas de manera inmediata a territorio español.

Además, la organización humanitaria critica que se mantengan acuerdos de inmigración con estados como Mauritania, “que rechazan proteger embarcaciones con heridos, mujeres y niños a bordo que se encuentran en grave riesgo” y piden que se rompan porque constituyen un “mercadeo”.