barcelona – La ciudad de Barcelona acaba de abrir en la entrada del
cementerio de Montjuïc el primer recinto funerario islámico que funciona
en toda Cataluña. El nuevo centro, que permite tratar a los difuntos
siguiendo el rito islámico, se ha instalado en el antiguo depósito de
cadáveres del cementerio.
El nuevo recinto dispone de una sala
polivalente, con capacidad para cien personas, para que familiares y
amigos puedan realizar sus oraciones, otra más pequeña, para que las
mujeres y hombres que preparan al difunto puedan limpiarse previamente los
pies y una tercera, de mayor superficie, donde se prepara al fallecido.
Este centro, cuya rehabilitación ha contado con una inversión de 90.000
euros, será gestionado por Servicios Funerarios de Barcelona (SFC),
empresa mixta participada en un 51 por ciento por el Ayuntamiento y en un
49 por ciento por el grupo Mémora, y ha sido impulsado por Cementerios de
Barcelona.
El recinto permite que el difunto se pueda limpiar y
tratar en solitario, tal y cómo prevé el rito islámico, explicó el
coordinador del Consejo Islámico Cultural de Cataluña, Jamal Elattouaki.
Hasta el momento, en el tanatorio de Sancho de Ávila se tenía que
desalojar la sala para poder realizar este tipo de tratamiento.
Sin
fotografías ni símbolos
Igualmente, el rito islámico
establece que la sala en la que se prepara al fallecido, para
posteriormente ser enterrado o repatriado
a su país de origen, debe
ser lo más sencilla y minimalista posible, evitando la presencia de
fotografías y símbolos.
El director general de Servicios
Funerarios de Barcelona, Eduard Vidal, aseguró que con el nuevo centro
«damos salida a las necesidades humanas del colectivo musulmán», que en
Cataluña cuenta con 250.000 personas, el 70 por ciento de los cuales viven
en Barcelona y su área metropolitana.
Vidal reconoció que
«durante mucho tiempo, para las ceremonias musulmanas y las velas al
difunto, hemos dado un mal servicio y que no ha sido suficientemente
adecuado». Está previsto que el nuevo centro cubra una demanda de entre 5
y 7 servicios al mes, cifra similar a la de los últimos dos años.
Por su parte, el presidente del Consejo Islámico Cultural de Cataluña,
Lahcen Saaou Haysoun, aprovechó la ocasión para reclamar una ampliación
del espacio para entierros musulmanes que ahora hay en el cementerio de
Collserola, ya que el rito establece que no pueden ser enterrados en
nichos, una encima del otro, sino en el suelo.
«Existe una
preferencia por parte de las familias musulmanas afincadas en Barcelona de
enterrar a sus difuntos cerca de la ciudad
y no de repatriarlos»,
señaló Saoou. Actualmente, el coste de una repatriación al país de origen
puede costar entre 4.000 y 6.000 euros.
El presidente de Cementerios
de Barcelona y teniente de alcalde de Barcelona, José Cuervo, aseguró que
el Ayuntamiento estará atento a dar respuesta a estas demandas y a que el
actual espacio de Collserola «no se nos quede pequeño».
Aparte de este recinto, el cementerio de Montjuïc acogerá un nuevo
edificio, del que ayer se puso la primera piedra, que servirá para acoger
el taller de fabricación de ataúdes y la colección de carrozas funerarias,
actualmente en el tanatorio de Sancho de Ávila. El recinto estará listo a
mediados de 2008.
Este nuevo taller, situado en un edificio de dos
plantas con un perímetro en forma de curva que costará 4 millones de euros
y que ha sido diseñado por el arquitecto Francesc Rius, permitirá
triplicar la fabricación de ataúdes, al pasar de las 15.000 unidades
actuales a unos 40.000, según Vidal.
Parte de estos ataúdes se
venderán a operadores europeos, bajo la marca Eurocoffin. La ampliación de
estas instalaciones y de la capacidad de producción obligará a
prácticamente duplicar la plantilla de los talleres, al pasar de 45 a los
80 trabajadores.
Este edificio, que cuenta con un espacio anexo para
oficinas y una superficie total de 8.600 metros cuadrados, está ubicado en
la parte frontal del cementerio de Montjuïc, a escasos metros de la Ronda
Litoral, y contará en su parte exterior con un paseo para los visitantes.
La intención es que la cubierta del nuevo edificio cuente con una
superficie verde, para integrarse en el entorno, y que pueda alojar placas
fotovoltaicas, para proveerse de electricidad a través de la energía
solar. Otra novedad es el primer vehículo eléctrico de transporte de
personas que el próximo mes de mayo se pondrá en funcionamiento en el
cementerio de Les Corts, para facilitar los desplazamientos en el interior
del recinto.