Si el viernes se desvelaba el atraco en una sucursal de Caja Laboral (de la que sustrajeron alrededor de 3.500 euros), ayer la Policía Local dio a conocer otros dos hechos similares, aunque de menor entidad. Ambos se sucedieron en la madrugada del sábado y con una diferencia de apenas cinco horas. Cuatro personas fueron trasladas a Comisaría por su presunta implicación en la sustracción de diferentes objetos.

El primer hecho de estas características tuvo lugar en torno a las 0.30 horas. En la sede de la Policía Local se recibió el aviso, mediante llamada telefónica, de que dos jóvenes habían robado en un establecimiento público de la calle Vicente Aleixandre y habían emprendido la huida en una furgoneta. De forma inmediata los agentes se pusieron en marcha y consiguieron localizar el vehículo cuando circulaba por la calle San Agustín.

Fue detenido y sus ocupantes, identificados. En ese momento, los propios policías pudieron comprobar que en la parte posterior de esa furgoneta «había diferentes objetos sustraídos» por lo que se procedió a la detención y traslado de los jóvenes a la Comisaría de la Policía Nacional, donde se realizaron las correspondientes diligencias.

Fue a las 5.45 horas cuando se recibía un nuevo aviso en el que se alertaba del robo que se estaba produciendo en el interior de una perfumería situada en la calle Alfonso VI. Al lugar se trasladaron varias patrullas de la Policía Local y una de la Policía Nacional, que consiguieron interceptara dos subditos rumanos «a los cuales se les incautaron varios frascos de perfume». Ambos fueron trasladasos a Comisaría y puestos a disposición judicial.

Ruidos y rayones

El parte de actuaciones de los agentes locales se hace eco también de la sanción a cuatro jóvenes, siguiendo el criterio de la Ordenanza de ruidos, por las molestias que, al parecer, estaban causando alrededor de las tres de la tarde del domingo en el interior de una lonja en la calle Concepción Arenal.

Al día siguiente otro grupo de jóvenes fue sancionado al encontrarse grabando con una navaja varios nombres en unos bancos situados en la parte trasera de la calle Río Ebro. La intervención la motivo también en este caso, una denuncia ciudadana.