M2 / PRECAMPAÑA / CONTRALISTA / YOLANDA VILLAVICENCIO / NUMERO 34 EN LA LISTA DEL PSOE A LA ASAMBLEA Nació el 13 de septiembre de 1957 en Colombia, aunque también vivió en Ecuador, patria de su padre Es licenciada en Ciencias Económicas Llegó a España en 1987 y siempre ha vivido en Aluche Ha sido presidenta de la Asociación América, España, Solidaridad y Cooperación con Colombia

Mujer, inmigrante y política

El Mundo, AMAYA GARCIA, 24-04-2007

Colombiana de nacimiento y desde hace 20 años vecina de la ciudad de Madrid, Yolanda Villavicencio podría convertirse el próximo 27 de mayo en la primera mujer latinoamericana que ocupa un escaño en el Parlamento regional. Es consciente de que aún queda mucho por hacer: «Es importante estar ahí y ser la voz de la inmigración» Hace 20 años que Yolanda Villavicencio pisó el aeropuerto de Barajas. De las primeras cosas que sorprendieron a esta colombiana fue ver nevar. «Mi hija decía: ‘La nieve vuela’». Aquel enero de 1987, llegó con su pequeña dejando atrás «una crisis en Latinoamérica». Cambio de vida, huida hacia adelante en busca de un futuro. También le llamaba la atención al principio que, a veces, «bajaba el precio de las cosas, como el de la gasolina», algo que en su país «era impensable».


Dentro de poco más de un mes, esa mujer menuda y algo tímida que llegó con la maleta cargada de ilusión y la nostalgia en el equipaje de mano, podría convertirse en la primera latinoamericana que ocupa un escaño en la Asamblea de Madrid. Va en el número 34 de las listas a la Comunidad del PSOE, que en las pasadas elecciones sacó 44 escaños. Y ha asumido el reto con una sonrisa y sacando pecho. «Es importante estar ahí y poder ser la voz de la inmigración».


Antes de recibir la oferta de los socialistas, Yolanda ha sido durante ocho años presidenta de la Asociación América, España, Solidaridad y Cooperación con Colombia, creada en 1991. Un poco aún a caballo entre los dos escenarios, la cabeza está ya más en lo que se avecina que en el camino recorrido. «La aspiración del PSOE está en trabajar por la normalización, por la integración». Cree que aún queda mucho por hacer, «hay que centrarse en las políticas públicas, aprovechar la riqueza de la interculturalidad…».


El panorama ha cambiado notablemente desde que ella llegó. «Antes no había la red de apoyo que hay ahora». Tampoco era habitual ver por la calle tantos ciudadanos extranjeros como ahora. «Madrid era una ciudad más cercana, más provinciana, más parecida a lo que habíamos dejado allí. Ahora es impersonal y más fría».


Desde que llegó a Madrid, Aluche ha sido su casa. Allí, esta licenciada en Económicas ha criado a sus dos hijas, de 23 y 18 años. «Empecé haciendo investigaciones sociológicas, después trabajé en tareas administrativas… Hasta que en el 89 entré como programadora en una empresa». En estos años, también ha aprovechado para ampliar su formación. «He hecho masters y diversos cursos en las universidades».


Y, entre tanta teoría, los socialistas llamaron a su puerta para pasar a la práctica. Cree que hay que luchar por una «igualdad real» y lograr que «el crecimiento, en el que han tenido mucho que ver los inmigrantes, repercuta en mejores servicios para todos». Calcula que «unos 75.000 inmigrantes» podrían votar en las próximas elecciones, aunque el nivel de motivación en este colectivo no cree que sea el óptimo. «Aún no se ha logrado implicar a estos ciudadanos en el proceso participativo». En ese intento de aunar fuerzas, ella tiene mucho que decir. «Creo que puedo aportar cosas. Si de algo sé, es de inmigración».


En una cafetería de la calle de Embajadores, en pleno barrio de Lavapiés, Yolanda toma un refresco mientras echa una mirada pausada fuera del cristal. «Lo que ha cambiado este barrio. Es un auténtico laboratorio». Es una de las zonas que más le gusta de Madrid. Donde se pierde cuando quiere disfrutar de la ciudad. Si no es ahí, va a la Plaza Mayor o al Retiro. Habla de «revolución silenciosa» cuando se refiere a la transformación que ha sufrido la capital en las últimas dos décadas. Ha incorporado a su rutina fiestas como San Isidro o Carnaval. «Esto marca la vida de los madrileños, y yo ya me siento madrileña».


Nació en Colombia, pero también tuvo la oportunidad de vivir en Ecuador, patria de su padre. «Es enriquecedor, aprender de cada lugar es bonito». De eso se trata la convivencia. Dice que no volvería a su país… «Siempre hay anhelo, pero si no cambian las cosas en la salud, en la seguridad, en la educación… la vida allí es muy complicada». A su juicio, la gestión de la inmigración debe ser «compartida entre los gobiernos de los países de origen y de destino».


En su agenda de buenos propósitos, luchará por lograr «una mayor igualdad de oportunidades». ¿Cómo? En principio, apoyando «las reformas legales necesarias para lograrlo». No se atreve a hacer pronósticos: «El 27 de mayo será la encuesta definitiva». Aunque el ánimo está alto. «Los ciudadanos son maduros y responsables a la hora de tomar decisiones».

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