Llegar a un país alejado de casa, donde el idioma es una barrera, las costumbres radicalmente opuestas y el sistema de vida nada tiene que ver con lo que hasta entonces se conocía, es un cambio muy brusco. Pero si a ello se añade ser explotado en el trabajo, no conocer a nadie y no saber adónde acudir cuando surgen problemas, la situación se agrava. Es una muestra de lo que les sucede a cientos de inmigrantes que están asentados en Miranda.

Y para evitar esas situaciones y lograr una adaptación lo más rápida posible sin mermar sus derechos como ciudadanos se puso en marcha en junio de 2005 el Servicio de Atención al Inmigrante de Comisiones Obreras (CC OO). Desde entonces, ya ha recibido más de un centenar de consultas de toda índole por parte de extranjeros y ha tramitado un total de 33 expedientes.

La mayor parte de la información solicitada ha hecho referencia directa a los despidos y desde este servicio lo que se ha querido es comprobar si está bien hecho, el convenio que les aplica y el finiquito que debe cobrar. Y es que se les deja muy claro desde el principio que no es un sindicato sino una agrupación de trabajadores y, por lo tanto, no van a ser defendidos en caso de que quisieran ir a juicio.

La opción de demandar

No obstante, es muy raro que el usuario de este servicio decida demandar, aunque casos denunciables no faltan. Una parte muy importante de las quejas con las que acude es que los «patrones» les hacen firmar un documento consistente en su baja voluntaria. «No se lo plantean porque en sus países de origen lo que les dicen los empresarios no se discute. Están acostumbrados a que ninguna ley les ampare, pero en España es diferente y hay que inculcarles que tienen sus derechos y que deben velar por ellos», aseguran desde CC OO.

Pero este servicio recoge más demandas, como la revisión de los contratos para comprobar que se les paga según los convenios existentes y que no hay anomalías. Eso sí, todavía hay un amplio porcentaje que no tiene Seguridad Social y no lo denuncia. De hecho, se alerta de un importante número de extranjeros que se encuentra en esta situación porque no tiene papeles y tiene miedo a ser delatados e, incluso, ser chantajeados sin tener en cuenta que si sufren un accidente no podrán demostrar que estaban trabajando.

Precisamente por ello, desde este gabinete se aconseja siempre al usuario que se afilie a un sindicato, donde podrá hacer fuerza ante cualquier problema y tener derecho a un abogado si lo requiriera su caso. Pero esta práctica es casi nula entre los extranjeros. Pero además de los temas estrictamente laborales, los sociales y administrativos son los que aportan un volumen importante de trabajo. En especial los inmigrantes se muestran preocupados por obtener tanto los permisos de residencia como de trabajo, imprescindibles.

Los trámites que tienen que ver con su legalización en el país, renovación de papeles o la reagrupación familiar suponen una fuente de consulta permanente en la asesoría. Respecto a la cuestión familiar, se les aconseja que, una vez estén estabilizados en el país, busquen la forma de acercar a sus seres queridos y no antes. Por otro lado, este servicio está en contacto con otras entidades locales, ya que muchos de los problemas con los que acuden pueden resolverse en Cáritas, Cruz Roja o Servicios Sociales.

Por nacionalidades, los que más recurren a este gabinete, que permanece abierto de 9.00 a 13.00 horas de lunes a viernes, son marroquíes, ecuatorianos y colombianos. También destaca la presencia de ciudadanos rumanos y de otros países del este europeo.