De cara a La Meca y sin mezquita

El Mundo, JORDI RIBALAYGUE, 23-04-2007

A falta de oratorios, los musulmanes de Badalona se amontonan en un local y acuden a otras ciudades para rezar A las puertas de un viejo negocio de dietética en el barrio de Llefià de Badalona, se agolpan los viernes decenas de musulmanes para seguir el rezo. Ahí está el único oratorio que resta en el municipio, de apenas 100 metros cuadrados y abierto hace 17 años. «Dentro estamos tan apretados que no tocamos el suelo con la cabeza cuando nos arrodillamos», asegura Abdesalam Benajiba, portavoz de la comunidad. Mientras, en una plaza enfrente del local, una treintena de personas postrada de cara a La Meca murmura letanías. Tras la liturgia, se oye una pregunta: ¿cuándo habrá una mezquita para los 10.000 musulmanes de la ciudad?


En los últimos meses, los rumores de la posible construcción de un centro musulmán sobre terrenos públicos en Montigalà y la retirada de un plan que restringía la apertura de oratorios han tensado la cuerda hasta convertir el Islam en uno de los frentes de las municipales del 27 de mayo en Badalona.


Benajiba cree que la reivindicación de una mezquita se «ha politizado», aunque no se explica el porqué: «No buscamos el dinero de las instituciones, sólo queremos comprar terrenos donde el Ayuntamiento nos permita instalarnos». Opinión parecida es la del imán Taoufik Cheddadi, uno de los líderes islámicos de la ciudad: «Nuestras inquietudes son las de los trabajadores, no se reducen a tener una mezquita, pero vivimos tiempos difíciles y cuesta que se reconozca nuestro derecho a orar en un lugar digno».


Cada viernes, día sagrado del Islam, la falta de espacios obliga a los creyentes a compartimentar automóviles y a ingeniárselas para organizar un éxodo a los oratorios del Besòs y el Raval, al descampado de Santa Coloma cedido por el Ayuntamiento o a los centros del Maresme. «En Badalona, cuando pago impuestos, soy un ciudadano más», expresa Cheddadi, «pero si reclamo mi derecho a la libertad de culto parece que sea un extraterrestre».


«Lo que pasa es que el Ayuntamiento ha concedido un trato preferencial a la comunidad musulmana», afirma por su parte el candidato del PP a la alcaldía, Xavier García Albiol, que sostiene que «si el tripartito gobierna tras las elecciones, presentará de nuevo el proyecto para construir una mezquita en Montigalà». Albiol, que mantiene una relación tensa tanto con los líderes musulmanes como con la izquierda por sus postulados respecto a los extranjeros – «el principal problema de Badalona es la inmigración ilegal y sus consecuencias» – , ha convertido el rechazo a la edificación de una mezquita en suelo público en «uno de los ejes» de la campaña del PP. En caso de convertirse en alcalde, aboga por que los musulmanes «se espabilen como las otras confesiones para encontrar locales».


Frente a las críticas del alcaldable del PP, el primer teniente de alcalde, el socialista Eduard Tortajada, niega que el Gobierno local se haya planteado transferir a los musulmanes el solar de Montigalà, inmerso en un proceso de recalificación en julio de 2006 suspendido luego por la Generalitat. «Tendrán mezquita cuando compren terrenos», advierte Tortajada, «porque el Ayuntamiento no tiene intención de ceder suelo». Por contra, la Plataforma No a la mezquita en terrenos públicos, que recogió con los populares más de 21.000 firmas contra su construcción, comparte el criterio de Albiol. «Si Maite Arqué es de nuevo la alcaldesa y no hay respuesta vecinal, habrá mezquita», asegura Oscar Martín, portavoz del colectivo, quien añade que no están dispuestos a que Montigalà «pierda espacio para equipamientos y se convierta en un gueto».


Por su parte, los líderes islámicos reconocen que entablaron conversaciones con el Consistorio, pero proclaman que nunca tuvieron garantías para poder construir en ese solar de 1.200 metros cuadrados.«Nadie nos ha prometido nada y estoy convencido de que, sea quien sea el alcalde, vamos a conseguir una mezquita», concluye Benajiba.Según diversas fuentes, tanto el Ayuntamiento de Badalona como el de Santa Coloma, donde los creyentes mantienen un convenio para rezar en un módulo emplazado en un descampado hasta noviembre, han recomendado a los musulmanes «aparcar» cualquier contacto hasta después de las municipales.

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