TEATRO EMIGRADOS
Humor y desgarro
Diario Vasco, , 22-04-2007Dos emigrantes, llegados desde un mismo país, viven en el cuarto de calderas de una casa. Uno es un obrero exilado para conseguir dinero para regresar a su tierra y a su familia. El otro está más preocupado por la búsqueda de la libertad inexistente allá de donde viene. Comparten un territorio minúsculo y la soledad que les rodea, la del mundo exterior, que ni les ve ni les siente. Ésta no es una obra interesante por el tema que su título parece indicar. En ese propósito pesan los treinta años que le han caído al texto y al mundo.
Su atractivo es encontrar a dos personas en una situación extrema y cotidiana al mismo tiempo, ver cómo su relación se dilata y se encoge, cómo al mismo tiempo que deciden si se comen o no una lata de carne para perros, conversan con humor y desgarro de la libertad, de los sueños que cada uno se ha traído en el viaje desde su país. Juan Gea y Vicente Cuesta hacen un trabajo serio, quizás demasiado marcado a veces, pero siempre efectivo. Ayudan a que la obra se aligere, aunque en ocasiones resulte algo plana.
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