«Yo defiendo mis ideas y mis valores: trabajo, mérito, esfuerzo y solidaridad»

ABC, 20-04-2007

POR JUAN PEDRO QUIÑONERO

CORRESPONSAL

PARÍS. A 48 horas de la primera vuelta de una elección presidencial decisiva para Francia y Europa, Nicolas Sarkozy, conservador, se cotiza como casi seguro vencedor de la primera ronda y posible de la segunda, donde, salvo vuelco excepcional, sus posibles rivales pudieran ser Ségol_ne Royal, socialista, o François Bayrou, centrista. Así reflexiona con ABC.

- ¿Cuáles son los proyectos de sus rivales compatibles con los suyos y cuáles incompatibles?

- Se trata de proyectos profundamente incompatibles y profundamente diferentes. Ségol_ne Royal no propone otra cosa que prolongar y extender, hasta el infinito, las promesas de asistencia, en el marco de una sociedad inmóvil. El proyecto que ella vuelve a formular es el viejo proyecto socialista que ya fracasó con Lionel Jospin y sus predecesores. François Bayrou sólo propone una cosa: intentar reunir a unos rivales, de izquierda y derecha, que no están de acuerdo en nada y no tienen nada en común, si no es prolongar el inmovilismo, no hacer nada, sin decidir de nada. Yo defiendo un programa simple y claro: quiero devolver la esperanza a mi país, dando todo el papel que les corresponde a los grandes valores esenciales: el trabajo, el esfuerzo, el mérito, el respeto y la fraternidad. Cuando recuerdo que Royal propone renovar, si no ampliar, la semana laboral de 35 horas, o la escucho excusando a los gamberros que destrozan las estaciones de metro, me digo que tenemos visiones de futuro diametralmente opuestas. Sencillamente.

- Max Gallo ha llegado a decir que, a su modo de ver, sorprende el odio de sus rivales. Le Pen incluso ha llegado a ironizar sobre su condición de hijo de inmigrantes.

- Que quiere que le diga… El mismo Le Pen reconoce que somos muy diferentes. Efectivamente. Somos muy, muy diferentes. Pero no pienso entrar en ataques de esa índole. Tengo respeto por el pueblo francés. Por nuestras tradiciones. Para mí, una campaña debe ser un gran momento de debate ciudadano. No deja de ser triste y fascinante que Bayrou, Royal y Le Pen sólo estén obsesionados por una cosa, que tienen en común: criticarme. ¿Por qué no defienden sus ideas? Es un error. Los franceses van a elegir un proyecto, un candidato. Yo sigo mi camino, defendiendo mis ideas y mis valores: trabajo, mérito, esfuerzo, solidaridad.

- Tras la gran batalla de la primera vuelta, nada está ganado. Queda la segunda vuelta, la decisiva.

- Si estoy en la segunda vuelta, haré otro tipo de campaña. De entrada, queda por insistir en lo esencial: todo lo que he dicho lo haré. Soy consciente de que en el pasado no siempre se ha dicho la verdad. De ahí una cierta decepción. Yo pido la confianza y me comprometo a rendir cuentas regularmente. Lo esencial son los valores de principio, morales, de fondo. Comenzando por decir la verdad y no traicionar. El poder también hay que ganarlo en el terreno de las ideas.

- ¿Habrá muchas mujeres en su primer gobierno si termina siendo elegido presidente?

- Tengo unos compromisos conocidos que pienso cumplir. Si soy elegido presidente, en mi Gobierno habrá igualdad, paridad, de hombres y mujeres. Es algo fundamental. Quiero aplicar, inmediatamente, la norma de una igualdad evidente, bien visible. Se trata de un terreno muy sensible, en el que un presidente y su gobierno deben ser los primeros en dar ejemplo.

- ¿Cuáles serán las primeras medidas de los primeros cien días de su posible presidencia?

- Si los franceses me dan su confianza, convocaré una sesión extraordinaria del Parlamento el próximo verano y someteré a la Asamblea Nacional y el Senado tres textos importantes. Me parece indispensable crear un choque positivo, a favor del trabajo y la producción de riqueza, pagando mejor las horas extraordinarias, exonerándolas de toda carga fiscal y social, suprimiendo los derechos de donación y sucesión para la casi totalidad de las familias, autorizando la deducción fiscal de los intereses de los préstamos inmobiliarios. A continuación, daré a la justicia los medios imprescindibles para combatir la delincuencia: se reformará el derecho penal para los menores, se crearán nuevas penas para los delincuentes reincidentes. En tercer lugar, abordaré el problema de la inmigración: el reagrupamiento familiar de los inmigrantes estará supeditado a la existencia de recursos legales para sostener a esos familiares que se desea hacer entrar en Francia. Después del verano, se convocarán cuatro grandes cumbres sociales para reformar negociando. A esas medidas nacionales hay que añadir iniciativas diplomáticas. Desde la primera semana de gobierno en funciones, haré un viaje a Berlín y a Bruselas con el fin de discutir con nuestros interlocutores europeos y preparar la mejor manera de salir de la crisis de la UE.

- ¿Cuáles serán las grandes reformas de su primer año?

- El mercado del trabajo y dar una seguridad más firme a las trayectorias laborales, profesionales. Es urgente reformar la enseñanza superior e insistir mucho en la investigación. Otro gran terreno de fondo: la reforma del funcionamiento del Estado y los servicios públicos. Se trata de reformas de la mayor importancia, cuestiones de fondo, que es necesario acometer sin prisa pero sin pausa. Y, por supuesto, los grandes temas de trabajo europeos.

- Una parte del electorado parece estar inquieta con algunas reformas. Hay quienes temen un enfrentamiento social como durante los inviernos de 1995 y 2005.

- He dicho, desde el principio de esta campaña, que hablaré claro, lo diré todo y lo explicaré todo a los franceses, durante la campaña, para poder realizar todo lo prometido, tratándose de reformas que me parecen indispensables. Si los franceses me conceden su confianza, tendré la legitimidad necesaria para proceder a realizar las grandes reformas que Francia necesita, para poder continuar siendo ella misma. Dicho esto, es una evidencia que abordaré tal proceso de reformas en estrecha concertación con todos los interlocutores sociales. Y los franceses podrán juzgar por sí mismos. No hay reformas eficaces sin diálogo social, paralelo al debate democrático.

- Hace más de diez años que tienen un crecimiento más débil que los EE.UU. ¿No cree que Europa está algo fatigada y no deja de perder poder e influencia mundiales?

- Creo que los franceses tenemos parte de responsabilidad en ese alejamiento creciente en la nueva realidad mundial. De ahí este deseo: el Banco Central Europeo debiera tener más en cuenta el objetivo común de apoyo al crecimiento económico. Al mismo tiempo, es una evidencia, para mí, la necesidad de dotar a Europa de una política industrial digna de ese nombre. Europa, al tiempo, debe hacer entender su voz de manera enérgica en las negociaciones internacionales. Los Estados Unidos asumen todas sus responsabilidades en esos terrenos. Nosotros debemos hacer otro tanto. ¿Por qué debiéramos quedarnos quietos cuando nuestros rivales no lo están..?

- ¿Cuáles son las políticas europeas más urgentes?

- Es urgente ahondar en el terreno de la política económica e industrial. Podemos y debemos hacer más cosas, juntos. Otros terrenos evidentes son: la lucha contra la inmigración y el codesarrollo, la política energética y del medio ambiente y la investigación.

Sarkozy y otros dirigentes de su partido, la UMP, cantan el himno nacional francés en el cierre del mitin de ayer en Marsella AP

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