CARMEN ECHARRI

CEUTA. Las distintas deficiencias que presentan las patrulleras y lanchas que conforman el Servicio Marítimo de Ceuta, denominado ya irónicamente entre sus agentes como la «unidad Fofó», se han incluido en un informe denuncia presentado por la AUGC para hacer constar el mal estado en que se encuentra esta unidad. De las patrulleras integradas en el servicio sólo una funciona adecuadamente, la «Colimbo», pero en vez de estar destinada en la ciudad autónoma figura como concentrada para la Copa América. El resto vienen a confirmar que, nunca mejor dicho, el Servicio Marítimo de Ceuta hace aguas sin que se adopten medidas urgentes para paliar esta situación.

La «Báltico» presenta deficiencias tales como la inactividad de la alarma contraincendios, el no funcionamiento del indicador de temperatura y presión de aceite del motor de babor o del limpiaparabrisas central, amén de la excesiva holgura detectada en la caña que dificulta el gobierno de la nave. Pero hay más, dicha patrullera no ha pasado la inspección de buques, algo así como la ITV de los vehículos. La patrullera ligera «Egeo» no se queda atrás en este tipo de fallos al no disponer de alarma contraincendios operativa ni de generador en buen estado, permaneciendo inoperativo el indicador de temperatura del motor babor. Con averías de este tipo, fuentes cercanas a la unidad reconocen que no podría pasar la inspección de buques llegando a afirmar, incluso, que no debería prestar servicio habiéndosele realizado un arreglo parcial del motor ya que no existía presupuesto para hacerlo completo.

«Dejación clara»

La otra «Egeo» presenta una fuga de aceite lo que resulta poco conveniente para que siga prestando servicio, algo que al parecer no es admitido por la Comandancia ya que dicha deficiencia a pesar de ser antigua en el tiempo no se subsana. Lo más grave de la «unidad Fofó» no es ya que existan estas averías que reflejan una dejación clara sobre el servicio, sino que las mismas son vox populi en la Benemérita ya que se apuntan en los libros de máquinas de cada embarcación y son eflejadas en las papeletas de servicio cada vez que los guardias adscritos a la unidad son encomendados para alguna salida.

Estas quejas coincidieron con la visita del director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, quien dudó que terroristas marroquíes que hubieran participado en los atentados de Casablanca pudieran encontrarse ocultos en Ceuta. De esta forma, negaba el máximo dirigente de la seguridad nacional que se hubiera producido una fuga hacia la frontera de la ciudad autónoma, ya que, indicó, «los servicios policiales no dan credibilidad a estas informaciones que generan una alarma innecesaria», espetó. Así también recalcó que en ningún momento los policías españoles habían colaborado en la investigación de los atentados de Casablanca.

Ese concepto de alarmismo periodístico dominó parte del discurso de Mesquida que aún reconociendo el refuerzo ordenado en las fronteras de Ceuta y Melilla – incluso con agentes franceses de Frontex – indicó que se estaba trabajando en el mantenimiento de la seguridad – de ahí el nivel de alerta 2 fijado con motivo del juicio del 11 – M – desde la prudencia y la precaución «sin alarmismo» alguno.