Uno de los «latin kings» acusados de violación implica a dos de sus compañeros

La Razón, Diana Valdecantos, 17-04-2007

madrid – Hasta tres veces se le tuvo que preguntar a Mauricio Alexander Ch.
P. si sujetar el brazo de una chica que se resistía, mientras otro joven
agarraba la pierna y un tercero la penetraba, era una violación. A la
vencida, contestó que sí. En la segunda jornada del juicio por la supuesta
agresión sexual en grupo de seis «Latin Kings» a una menor en 2005, uno de
los implicados – ya condenado por un juzgado de menores – reconoció que otro
de ellos, Pablo Efraín V. E., «King Pinky», violó a la joven mientras él y
otro de los menores, Miguel Ángel Poma, la inmovilizaban.
   Mauricio Alexander, sin embargo, exculpó a otro de los supuestos
violadores, Walter Patricio, quien, según su declaración, mantuvo
relaciones sexuales consentidas con la joven, que entonces tenía 17 años.
Con respecto al supuesto jefe de la banda latina, Giovanny José C. V.,
aseguró que no estaba con ellos la tarde de los hechos. Poma, en cambio,
dijo no haber estado con ellos aquel día, aunque todos lo implican. La
hermana y el cuñado de Giovanny declararon que el acusado «estaba en casa
durmiendo la siesta» el día de autos.
   Pero sin duda el
cruce de miradas más importante de la sesión fue el que protagonizaron los
acusados con el padre de la joven instantes después de que éste finalizase
su declaración. El progenitor, miró fijamente uno a uno durante varios
segundos en lo que fue el momento más tenso de la jornada.
   Un
mes después de la agresión la joven confesó a su madre lo que le había
ocurrido entre lágrimas y «vergüenza». Como consecuencia de la violación,
quedó embarazada y abortó. La psicóloga que desde entonces atiende a la
víctima, explicó que la joven sufre desde entonces estrés postraumático
que le provoca graves problemas de sueño y ansiedad.
   

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