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Parejas para una España mestiza
En 2006 se celebraron 30.000 bodas internacionales en España. En uno de cada siete matrimonios había algún cónyuge extranjero
Las Provincias, , 16-04-2007MANU MEDIAVILLA/ MADRID
En 2006 se celebraron 30.000 bodas internacionales en España. En uno de cada siete matrimonios había algún cónyuge extranjero No creo que España sea mestiza. Tomás Calvo Buezas, antropólogo y director del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo (Cemira), estima que el mestizaje es el resultado de un proceso de convivencia e interrelación que puede necesitar cien años para consolidarse socialmente. Pero sí hay indicios de que, con la progresiva integración de inmigrantes, tal camino se ha abierto con fuerza. Un ejemplo clave de esa tendencia es la creciente internacionalización de los matrimonios (el 14%, uno de cada siete, registra algún cónyuge extranjero), ya que, como remarca el experto, el mestizaje biológico es uno de los instrumentos más eficaces de convivencia.
El tema de los llamados matrimonios mixtos fue objeto de análisis en el VIII Congreso sobre Inmigración organizado por la Asociación Sociocultural y de Cooperación al Desarrollo por Colombia e Iberoamérica (Aculco), que esta vez eligió como lema una pregunta: ¿Es posible una España mestiza?. Un interrogante de respuesta difícil, entre otras cosas porque el discurso integrador y la realidad avanzan a su propio ritmo y, como señaló Calvo Buezas, tenemos muy buenas leyes, pero las cumplimos muy mal. El mestizaje, remachó, es algo mucho más complejo que el simple soy español o española de papeles.
Sobre ese telón de fondo, que desborda el marco español y abarca cada vez más a todo
el ámbito europeo, los testimonios aportaron un interesante mosaico de vivencias de mestizaje. Empezando por la perspectiva filial de la joven Leticia Flórez, que confiesa sentirse un poco de todas partes como resultado de su peripecia vital (boliviana de nacimiento e hija adoptiva de francesa y español) y de su compromiso investigador de socióloga: prepara su doctorado con un trabajo sobre la integración de hijos de inmigrantes, cuando no hace tanto que éramos muy pocos de color, y nos miraban un poco raro.
Valentín Cárcamo, salvadoreño casado con una española con la que tiene dos hijos, ve clarísimo su autorretrato: Yo soy mestizo. Como hijo de madre india y padre negro, como marido de mujer blanca, subraya que la diversidad ya existe, aunque hay personas que se niegan a reconocer lo evidente. Y advierte: Sólo las sociedades cultas y biempensantes se dan cuenta.
Gloria Gómez también puede presumir de mestizaje madre de Colombia, padre español residente en ese país, dos matrimonios con ingleses de los que nacieron sus tres hijos, y habla muy colombiana, como soy yo, para describir la belleza que producimos con esas remezclas.
Sus hijos aprecian la oportunidad y el enriquecimiento diario de hablar dos idiomas, aprender dos culturas e interactuar con gente de otros países. Una actitud que tiene mucho que ver con la filosofía materna de que la educación en casa es clave para no inculcar la desigualdad ni la mentalidad de que otros son horrorosos.
Mestizaje biológico
Desde Voluntariado Madres Dominicanas (Vomade), cuya veteranía asociativa les hace sentirse como las abuelas de la inmigración, Bernarda Jiménez recuerda que en su organización hay un 30% de mujeres casadas con españoles, y subraya que de ahí va a venir el mestizaje. Y Dora Aguirre, de la Asociación Rumiñahui Hispano – Ecuatoriana, insiste en la importancia de ese mestizaje biológico, confirmado por el Instituto de Política Familiar en su reciente informe Evolución de la Familia 2006, que cifra en el 14,24% los matrimonios registrados el año anterior en España en los que al menos uno de los cónyuges era extranjero.
De esos 29.783 matrimonios, en 22.294 había un cónyuge español, mientras en 7.160 los dos miembros de la pareja eran extranjeros. Entre las personas españolas casadas con gente de otra nacionalidad, las mujeres registraban una mayoría amplia (61%) respecto a los hombres (39%). En cuanto a sus cónyuges, ellas se emparejan principalmente con americanos (8.319), muy por delante de los europeos (3.912), africanos (1.024) y asiáticos (289); en el caso de los hombres, el origen de su cónyuge extranjera no registra un predominio tan claro, aunque las americanas y europeas (3.357 y 3.030 respectivamente) destacan sobre las africanas (1.907) y aún más sobre las asiáticas (318).
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