El sábado 7 fue el último día que los bolivianos pudieron viajar sin visado. Sentí pena al ver sus caras entre angustia – alegría de los que esperaban esos aviones y no sabían si llegarían los suyos. Creo que tiene que ser muy duro abandonar sus países buscando una vida más digna aunque para la inmensa mayoría luego no sea así. Creo que el tema de la emigración se está convirtiendo en un gran problema para los que vienen engañados pensando que este país es un paraíso de trabajo y una vida maravillosa y «algunos» se aprovechan de su inocencia. La otra cara de la moneda es la de quienes vienen para traficar, robar, asaltar viviendas o comercios, atracar y hasta dispuestos a apalear y matar sin ningún escrúpulo. La inseguridad y el miedo tanto en la calle como en nuestra propia casa la empezamos a padecer todos y creo que es necesario que ello se solucione. Pedir visados a los bolivianos me parece una total discriminación, si no se hace con todos los demás países. Me gustaría saber qué control tiene el Gobierno, la Policía de esos millones de personas que ahora viven aquí. De los que hemos nacido en este país, tienen todos nuestros datos, creo, que hasta el número de nuestros zapatos. ¿Pero y de los demás? La Policía debe controlarlo. Y por supuesto, que la Ley y la Justicia actúen en consecuencia.

Vivir con miedo y falta de seguridad, no puede consentirse.