El juez de guardia de la Audiencia Provincial de Murcia ordenó ayer prisión provisional comunicada y sin fianza para dos hombres de nacionalidad rumana detenidos en relación con el asesinato del sacerdote de 75 años hallado muerto el pasado miércoles en su casa, maniatado y con un martillazo en la cabeza. Según fuentes judiciales, el titular del juzgado de instrucción número 7 sólo les imputa el delito de robo con fuerza en casa habitada.


El sacerdote, Salvador Fernández Ciller, fue encontrado muerto por una vecina en su casa del barrio del Carmen, en la capital murciana. Esta mujer, presidenta de la comunidad de vecinos, tenía las llaves del piso y decidió entrar porque había goteras por una fuga de agua procedente de la vivienda del párroco. Solía acompañar al cura y estaba extrañada porque hacía cuatro días que no tenía noticias suyas, entró a la casa y lo encontró en el suelo de su dormitorio muerto sobre un charco de sangre, «con las manos atadas a la espalda y un golpe en la cabeza», según declaró.


Salvador Fernández se había jubilado hacía un año y había participado en misiones en América Latina.