SOCIEDAD

«Cuando supieron que tenía hepatitis B dejaron de hablarme»

La británica Joanna Meynell, infectada con el virus desde que nació, relata el rechazo que sufrió en su pueblo Los expertos piden urgentes medidas sanitarias para responder al aumento de casos en España por la inmigración

El Correo, FERMÍN APEZTEGUIA f.apezteguia@diario-elcorreo.com, 14-04-2007

«Quise guardarlo el secreto, pero no pude. Un chico que había sido mi novio dijo a todo el mundo que yo padecía la hepatitis B y, de repente, todos se alejaron de mí. Me dolió especialmente la actitud de una persona que me pidió, por favor, que me apartara de ella para siempre. Entonces, yo tenía tan sólo 20 años y vivía en un pueblo pequeño de Inglaterra. Un año después, me vi obligada a trasladar mi residencia a Londres. El anonimato de la ciudad y un equipo médico maravilloso me ayudaron a aceptar mi enfermedad y a enfrentarme a ella».

El testimonio de la británica Joanna Meynell, una joven de 28 años que contrajo la infección de su madre, en el momento del parto, conmovió ayer a los participantes en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado, que se celebra estos días en Barcelona. La mujer asistió a la presentación en sociedad de un nuevo fármaco, el cuarto, para el tratamiento de la hepatitis B, un potente antiviral que tiene frente a sus predecesores la ventaja de que apenas genera resistencias. Los trabajos clínicos hechos con pacientes las cifran en un 1%, frente al 28% e, incluso, al 60% de sus predecesores.

El medicamento, cuyo nombre genérico es ‘entecavir’, ha sido aprobado esta misma semana por las autoridades sanitarias europeas y comenzará a ser utilizado en los próximos días como terapia de primera elección en los hospitales de la red pública española, junto al ‘interferon’, la ‘lamivudina’ y el ‘adefovir’. La hepatitis B es una enfermedad vírica que se contrae fundamentalmente por vía sexual, aunque no sólo. El uso compartido de jeringuillas contaminadas y la tranmisión de la madre al niño, durante el embarazo, constituyen también otras formas de contagio.

Más agresiva que el sida

En España, los programas de vacunación masiva han permitido un buen control de la patología desde 1991, fecha en que fue incluida en el calendario inmunológico infantil. El profesor Rafael Esteban, jefe del servicio de Medicina Interna del hospital Valle de Hebrón y miembro del comité científico de la EASL, advirtió ayer, sin embargo, del temor a que el fenómeno inmigratorio provoque un preocupante rebrote de la enfermedad.

«En los últimos cuatro años han llegado a nuestro país cuatro millones de inmigrantes, la mayoría de zonas donde la hepatitis B es endémica», dijo el experto. Con el fin de evitar la expansión de ésta y otras patologías, Esteban pidió por ello a las instituciones públicas la adopción de medidas de caracter urgente que sirvan para acercar a la poblacion inmigrante a los servicios públicos de salud. «Más del 80% de los casos de cáncer de hígado, el tercero más común en España con 5.000 al año, se deben a la hepatitis B. Me pregunto por qué no se dedican a esta enfermedad tantos recursos como al sida, cuando resulta cien veces más agresiva», protestó.

Patología crónica

La vacuna de la hepatitis B es sólo preventiva. Una vez de que se ha contraido la infección, no queda más remedio que tratarla de por vida. En unas ocasiones se supera, pero en la mayoría se convierte en una patología crónica. Es el caso de Joanna Meynell, que de momento tiene bajo control al virus que cambió su vida. «Hubo un tiempo en que me angustiaba la idea de no poder tener hijos y de vivir siempre pendiente de mi enfermedad. Ahora sé que puedo tenerlos sin preocupación y ya me atrevo a hablar abiertamente de mi enfermedad. Me ha costado, pero al fin me siento libre».

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