'Dejad tranquilos a los negros'

El Periodico, JOSEP Pernau, 13-04-2007

Las elecciones obligan a llevar a cabo unas actividades insólitas para los candidatos. No hay que hacer caso si se ve a un aspirante acaudalado, que acostumbra a desplazarse por la ciudad en un modelo de postín, viajando en metro. Son los comicios, que obligan a mucho. Superada la experiencia, la comentará con amigos y familiares, que admirarán su valor por haber hecho uso de un medio de transporte que se inventó para obreros y no para señores.
Algo parecido ha ocurrido en Francia, en la campaña para las presidenciales. Dos candidatos que no se distinguen por su carácter abierto con la inmigración han ido a un suburbio por primera vez. Primero fue el ultraderechista Jean – Marie Le Pen; después ha sido el conservador Nicolas Sarkozy, porque no le quedaba otro remedio, pues se disputan a los mismos electores. No les aman. Solo quieren de ellos los goles para la selección y el voto. Aunque no forman una reserva de sufragios, alguno puede caer. Procurarán aparecer en las fotografías al lado de africanos oscuros como el azabache. Podrían ser inmigrantes de piel blanca y pelo rubio, como ocurre con los eslavos. El mismo Sarkozy es descendiente de la inmigración húngara. Pero los que llevan la seña de identidad en la mismísima piel son los africanos.
Han ido a un suburbio, a pesar de ser personas declaradas non gratas en ellos. De hecho, la expedición al territorio afro había cumplido su objetivo, que no era otro que conseguir la fotografía del candidato con unos cuantos negros a su alrededor. Sorprende que en el país que redactó los derechos humanos no salga una oenegé que ponga en marcha una campaña con el lema Dejad tranquilos a los negros. Si aparece, que cuenten con mi adhesión.

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